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25 poemas aleatorios en video

 
   Nada comparable a tus manos... Nada comparable a tus manos... de Frida Kahlo

   Frida Kahlo
      Por Carmen Feito Maeso    
primeros versos

Nada comparable a tus manos ni nada igual al oro-verde de tus ojos. Mi cuerpo se llena de ti por días y días, eres el espejo de la noche, la luz violenta del relámpago, la humedad de la Tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio, mis yemas tocan tu sangre...

 
   El corazón encendido El corazón encendido de Carmen Feito Maeso

   Carmen Feito Maeso
      Por Carmen Feito Maeso    
primeros versos

Vamos a hablar ¿Dime?, el corazón ¿Esta viviendo?¿ o no? no se, el alma junto con el reloj, los ojos de los números del reloj. Están ciegos. Y ahora la música no tiene sonido, la luz de la habitación no brilla. ¿Dime ahora que te está pasando?...

 
   Quiero escribir un niño... Quiero escribir un niño... de Gioconda Belli

   Gioconda Belli
      Por Nuria del Saz    
primeros versos

Quiero escribir un niño con grandes ojos como semillas, pelo color maíz, dulce sonrisa de níspero. Quiero escribir un niño, hacerlo con palabras en el idioma de su placenta hecha de mar, de viento, de sacuanjoches olorosos. Quiero escribir un verde niño poeta...

 
   Trilce (Poema III) Trilce (Poema III) de César Vallejo

   César Vallejo
      Por Eliseo Diego    
primeros versos

Las personas mayores ¿a qué hora volverán? Da las seis el ciego Santiago, y ya está muy oscuro. Madre dijo que no demoraría. Aguedita, Nativa, Miguel, cuidado con ir por ahí, por donde acaban de pasar gangueando sus memorias...

 
   Madres del pueblo Madres del pueblo de Augusto Roa Bastos

   Augusto Roa Bastos
      Por Augusto Roa Bastos    
primeros versos

No cayeron tumbadas por las balas, se inclinaron tan sólo hasta la tierra.Madres adolescentes, centenarias abuelas, toscas mujeres, madres suaves, piedra humana doliente, leve corteza germinal. Madres de estibadores, rugosas campesinas...

 
   Bueno... ahí terminó lo que te traía... (fragmento) y Disposiciones (fragmento) Bueno... ahí terminó lo que te traía... (fragmento) y Disposiciones (fragmento) de Pablo Neruda

   Pablo Neruda
      Por Pablo Neruda    

Bueno... ahí terminó lo que te traía: mi poesía, para ti, para este día, para esta tarde, para esta noche y te la dejo para mañana. No sé si te dejará pensativa ésta poesía que anda por todas partes: Saca tierra, lluvia, frutos y tierra, lluvia, frutos, luchas, esperanzas....

 
   La cojita está embarazada La cojita está embarazada de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Jaime Sabines    
primeros versos

La cojita está embarazada. Se mueve trabajosamente, pero qué dulce mirada mira de frente. Se le agrandaron los ojos como si su niño también le creciera en ellos pequeño y limpio. A veces se queda viendo quién sabe qué cosas que sus ojos blancos se le vuelven rosas...

 
   Bellísima Bellísima de Eduardo Lizalde

   Eduardo Lizalde
      Por Eduardo Lizalde    
primeros versos

Oigame usted, bellísima, no soporto su amor. Míreme, observe de qué modo su amor daña y destruye. Si fuera usted un poco menos bella, si tuviera un defecto en algún sitio, un dedo mutilado y evidente, alguna cosa ríspida en la voz, una pequeña cicatriz junto a esos labios de fruta en movimiento...

 
   Oda al vals Sobre las Olas (fragmento) Oda al vals Sobre las Olas (fragmento) de Pablo Neruda

   Pablo Neruda
      Por Pablo Neruda    
primeros versos

Viejo vals, estás vivo latiendo suavemente no a la manera de un corazón enterrado, sino como el olor de una planta profunda, tal vez como el aroma del olvido. No conozco los signos de la música, ni sus libros sagrados, soy un pobre poeta de las calles y sólo vivo y muero...

 
   Para traducir no hay que saber idiomas Para traducir no hay que saber idiomas de Floridor Pérez

   Floridor Pérez
      Por Floridor Pérez    
primeros versos

Escribió un legendario poeta chino de la dinastía T ang: abandona a tiempo tu poesía o tu mujer. Tradujo un académico: ha pasado el tiempo de la poesía amorosa. Un sacerdote aseguró que decía: no se puede servir a dos señoras...

 
   Gacela del amor imprevisto Gacela del amor imprevisto de Federico García Lorca

   Federico García Lorca
      Por Cecilia Salerno    
primeros versos

Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientre. Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dientes. Mil caballitos persas se dormían en la plaza con luna de tu frente, mientras que yo enlazaba cuatro noches tu cintura, enemiga de la nieve...

 
   A la casa del día A la casa del día de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Jaime Sabines    
primeros versos

A la casa del día entran gentes y cosas, yerbas de mal olor, caballos desvelados, aires con música, maniquíes iguales a muchachas; entramos tú, Tarumba, y yo, Entra la danza. Entra el sol. Un agente de seguros de vida y un Poeta. Un policía. Todos vamos a vendernos, Tarumba...

 
   Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios y justifica su divertimiento a las Musas Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios y justifica su divertimiento a las Musas de Sor Juana Inés de la Cruz

   Sor Juana Inés de la Cruz
      Por Ofelia Medina     
primeros versos

En perseguirme, mundo, qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas? Yo no estimo tesoros ni riquezas, y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi entendimiento que no mi entendimiento en las riquezas...

 
   Relato de Odiseo Relato de Odiseo de Rodolfo Hinostroza

   Rodolfo Hinostroza
      Por Rodolfo Hinostroza    
primeros versos

Scila y Caribdis, esas dos putas viejas, maldijeron mi espalda, y allí mismo me crecieron ojos para ver, y un unicornio brotó de mi saliva diciéndose protegido de Artemisa, y su lengua caliente restañó mis heridas en nombre de los dioses, en nombre de esos dioses...

 
   Las líneas paralelas del metro Las líneas paralelas del metro de Alberto Blanco

   Alberto Blanco
      Por Alberto Blanco    

Las vías del metro, vidas paralelas corren juntas pero no se tocan, cambia la escenografía más no cambia la trama, cambian los actores más no cambia el autor. El metro se balancea suavemente como un vaso de lágrimas que amenaza con desbordarse...

 
   Canje y Me sirve y no me sirve (fragmento) Canje y Me sirve y no me sirve (fragmento) de Mario Benedetti

   Mario Benedetti
      Por Darío Grandinetti y Sandra Ballesteros    
primeros versos

Es importante hacerlo quiero que me relates tu último optimismo yo te ofrezco mi última confianza aunque sea un trueque mínimo debemos cotejarnos estás sola estoy solo por algo somos prójimos la soledad también puede ser una llama. De: Contra los puentes levadizos...

 
   Lola Jattin Lola Jattin de Raúl Gómez Jattin

   Raúl Gómez Jattin
      Por Humberto Dorado    
primeros versos

Más allá de la noche que titila en la infancia, más allá incluso de mi primer recuerdo, Está Lola mi madre frente a un escaparate, empolvándose el rostro y arreglándose el pelo, Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte y está enamorada de Joaquín Pablo...

 
   Pastoral Pastoral de Raúl Zurita

   Raúl Zurita
      Por Raúl Zurita    
primeros versos

Chile entero es un desierto sus llanuras se han mudado y sus ríos están más secos que las piedras No hay un alma que camine por sus calles y sólo los malos parecieran estar en todas partes ¡Ah si tan sólo tú me tendieras tus brazos las rocas se derretirían al verte!...

 
   Presidio recinto bien custodiado... Presidio recinto bien custodiado... de Ernesto Cardenal

   Ernesto Cardenal
      Por Ernesto Cardenal    
primeros versos

presidio recinto bien custodiado policía militar perros guardianes sin poder ver al que me interrogaba era norteamericano en inglés qué hacíamos nombres de contacto nombres direcciones, o no che estás en Argentina noche de Argentina...

 
   Te quiero a las diez de la mañana Te quiero a las diez de la mañana de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Jaime Sabines    
primeros versos

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario...

 
   Tiempo encendido Tiempo encendido de Héctor Rosales

   Héctor Rosales
      Por Héctor Rosales    
primeros versos

Para que la incisiva lontananza retornara a siestas de adoquines y encontrase de mis ojos aquellos acuosos asilos de jazmín y bandoneón. Allá, en la madrenuestra calle que enfocó al firmamento a través del tajo de un muro abatido. Donde toman todavía sales extranjeras los días...

 
   Enumeración de la patria Enumeración de la patria de Silvina Ocampo

   Silvina Ocampo
      Por Marilú Marini    
primeros versos

Oh, desmedido territorio nuestro, violentísimo y párvulo. Te muestro en un infiel espejo: tus paisanos esplendores, tus campos y veranos sonoros de relinchos quebradizos, tus noches y caminos despoblados y con rebaños de ojos constelados...

 
   Te doy Claudia, estos versos Te doy Claudia, estos versos de Ernesto Cardenal

   Ernesto Cardenal
      Por Ernesto Cardenal    
primeros versos

Te doy Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña. Los he escrito sencillos para que tú los entiendas. Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan, un día se divulgarán, tal vez por toda Hispanoamérica. Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias...

 
   Cincuenta aniversario Cincuenta aniversario de Roque Dalton

   Roque Dalton
      Por Roque Dalton    
primeros versos

Un hombre sale al patio trasero de su casa (ahí no llega nunca el duro viento del otoño) tiene en sus manos una pequeña copa de aguardiente y se mesa con cariño el cabello aquí las canas del hambre aquí las de aquel día en que fue héroe entre miles de héroes...

 
   Piedras blancas o negras Piedras blancas o negras de Saúl Ibargoyen

   Saúl Ibargoyen
      Por Héctor Rosales    
primeros versos

Están allí pueden ser vistas o imaginadas fuera de sus caminos o rumbos o carreteras o calles habituales o montañas o playas. Están allí con sus millones de décadas atrapadas en moléculas que giran en su propio vacío: hecho con la nada de incontables vacíos...