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25 poemas aleatorios

 

   La mano derecha

   Roberto Monzón

primeros versos

Araña de manto tibio falangista en los uñazos suspendida en baba suelta del antebrazo... Araña de vientre terso arrastrandito callando arañandito rasgando arañita de mi miedo. De: Cuenta final Fuente. Javier Payeras

 

   Sol a cuestas

   Enrique Viloria Vera

primeros versos

para Ender Cepeda Ojo distinto al ojo recoge solidario senos caderas piernas esperas de esquina cuerpos de burdel ahítos rozagantes presencias anchas y con parangón Barrio plaza de pueblo malecón mercado popular se mudan prestos complacidos compartiendo con zócalos pórticos ...

 

   Enigma en el camino

   Tomás Segovia

primeros versos

No puedo piensa el Nómada Parar aquí llegado de tan lejos Sabiendo que ni huella Ni semilla Ni herida mía alguna he de dejar Sin buscarle los ojos a esta tierra De mirada huidiza Sin obligarla al menos A que mueva los labios Y así no cesa cada día De escrutar sus guijarros ...

 

   Fonda, permíteme que me esconda

   Epoca Colonial De Guatemala

primeros versos

Fonda, permíteme que me esconda que viene tras mí la ronda. Ay si me llega a pescar a donde ire yo a parar. Fonda, yo vengo monda y vironda Mui jarifa* y mui foronda Ay si me antecogen assí no sé que será de mí. Fonda, la casa de Trapissonda * . ...

 

   Conjuro

   Jaime García Terrés

primeros versos

De tu mirada llena las bienaventuranzas aguardamos, rotundo sol de mayo: Aquellos cuerpos en la calle solos están. Huye la pena misma de su lado. Catástrofes y fiebres asédianlos ajenas a distancia. Y les niega raíces la tierra que su sombra hiere. No permitas que rueden abolidos ...

 

   Memento mori

   Carmen González Huguet

primeros versos

...y no halle cosa en que poner los ojos que no fuera recuerdo de la muerte QuevedoI Es la sombra que viene, La garra preparada Para el golpe certero, La mirada en alerta Que busca, sigue, acecha. Nada se escapa al ojo Implacable y absorto. Nada al cruel arrebato. ...

 

   Aurora de la muerte

   Vicente Gallego

primeros versos

(Salvia divinorum) Fue fumar y esfumarte de tu mundo y de ti hacia tu mundo oscuro. Fue tan sólo un momento que no tuvo principio y que no acabará. Fue conforme el arder, ser un humo fragante, una lumbre tan sólo con las hojas resecas de la salvia quemada. Fue de plata ...

 

   La décima criolla

   Evaristo Ribera Chevremont

primeros versos

La décima criolla -jalón del continente, puntal de lo indohispano- de espíritu se llena. De autoctonía vasta, de espíritu potente, corre por nuestras zonas de planta, mar y arena. Propio es su contenido, propio es su continente. La décima es caliente, la décima es morena; y uña de gato y diente de perro ...

 

   Oda al Marques de Sade (Amanecer)

   Guillermo Saénz Patterson

primeros versos

Hoy te levantaste con tu predilecto ojo púrpura, Era blanca la sábana de la amargura y el horizonte de la pureza teñía tu mirada de rictus oxidados. Era el barrote, era la prisión, era el asilo de las algas pegajosas como silencios de aves muertas. En este minuto desvestido, ¡Sade!, te quise. ...

 

   Deidad

   Amado Nervo

primeros versos

Como duerme la chispa en el guijarro y la estatua en el barro, en ti duerme la divinidad. Tan sólo en un dolor constante y fuerte al choque, brota de la piedra inerte el relámpago de la deidad. No te quejes, por tanto, del destino, pues lo que en tu interior hay de divino sólo surge merced...

 

   f- (de Urca*)

   Graciela Cros

primeros versos

Ruega por cardamomo, por benjuí, por canela; en aguardiente de jengibre empapa su pobreza de padres Ruega en quejumbrosa instancia: confuso monje, corazón descalzo sitiado por los días, reminiscente, obtuso Ruega el extranjero, niño eslabón que fuera oscilante fantasma elusivo ...

 

   Los Estatutos del Hombre

   Thiago de Mello

primeros versos

Traducción de Mario Benedetti Artículo 1. Queda decretado que ahora vale la vida, que ahora vale la verdad, y que de manos dadas trabajaremos todos por la vida verdadera. Artículo 2. Queda decretado que todos los días de la semana, inclusive los martes más grises, ...

 

   Con esta brida

   Margarita Arroyo

primeros versos

Con esta brida me despojas de más de en cuanto creo, me seduces y rompes para siempre en dos mitades. Callas con cuanto sé, con cuanto sé destruyes mi certeza y parte alguna de mi casa queda a salvo de este tiempo de ruido, columnario de dios, tormenta dulce. ...

 

   Vuelve...

   Dina Posada

primeros versos

Vuelve a colarse el frío por este remiendo viejo que llevo en la memoria.

 

   Eureka!

   Eduardo Langagne

primeros versos

Cuando ella sumerge su cuerpo en la bañera, no experimenta el agua el empuje hacia arriba que equivale a la fuerza del líquido desalojado. Arquímedes no se desespera. Se dispone a demostrar que un...

 

   Los formales y el frío

   Mario Benedetti

primeros versos

Quién iba a prever que el amor ese informal se dedicara a ellos tan formales mientras almorzaban por primera vez ella muy lenta y él no tanto y hablaban con sospechosa objetividad de grandes temas en dos volúmenes su sonrisa la de ella era como un augurio o una fábula su mirada ...

 

   Fe de vida

   José Hierro

primeros versos

Sé que el invierno está aquí, detrás de esa puerta. Sé que si ahora saliese fuera lo hallaría todo muerto, luchando por renacer. Sé que si busco una rama no la encontraré. Sé que si busco una mano que me salve del olvido no la encontraré. Sé que si busco al que fui no lo encontraré. ...

 

   Tractatus de amore

   Luis Antonio de Villena

primeros versos

I No digas nunca: Ya está aquí el amor. El amor es siempre un paso más, el amor es el peldaño ulterior de la escalera, el amor es continua apetencia, y si no estás insatisfecho, no hay amor. El amor es la fruta en la mano, aún no mordida. El amor es un perpetuo aguijón, ...

 

   Venecia, 1983

   Nadia Consolani

primeros versos

Aquí estoy, ya dispuesta al sacrificio. Al preludio se abrieron los salones, bandos de aves volaron y pasaron, Los reflejos verdosos de la laguna en los tapices y el ruido de la seda color antiguo, los retratos helados, las paredes salobres, la luz azul de un diamante. El vacío del pasado. ...

 

   Imagen espantosa...

   Lupercio Leonardo de Argensola

primeros versos

Imagen espantosa de la muerte, sueño cruel, no turbes más mi pecho, mostrándome cortado el nudo estrecho, consuelo solo de mi adversa suerte. Busca de algún tirano el muro fuerte, de jaspe las paredes, de oro el techo, o el rico avaro en el angosto lecho haz que temblando con sudor despierte. ...

 

   Metamorfosis

   Luis G. Urbina

primeros versos

Era un cautivo beso enamorado de una mano de nieve que tenía la apariencia de un lirio desmayado y el palpitar de una ave en agonía. Y sucedió que un día, aquella mano suave de palidez de cirio, de languidez de lirio, de palpitar de ave, se acercó tanto a la prisión del beso, que ya no pudo más ...

 

   Soy un lugar común

   Regina José Galindo

primeros versos

Soy un lugar común como el eco de las voces el rostro de la luna. Tengo dos tetas -diminutas- la nariz oblonga la estatura del pueblo. Miope de lengua vulgar, nalgas caídas, piel naranja. Me sitúo frente al espejo y me masturbo. Soy mujer la más común entre las ...

 

   De un amor que pasó

   Andrés Eloy Blanco

primeros versos

De un amor que pasó, como un paisaje visto del tren, cuando se va de viaje; de un romance de un mes, en un cobijo del llano, una mujer me dejó un hijo. Ella murió, y abrieron una fosa, y allí metieron el residuo humano, y una cúpula azul sobre una losa fue el mausoleo: el cielo sobre el llano. ...

 

   los ciclistas en marte...

   Héctor Rosales

primeros versos

los ciclistas en marte adquieren grandes velocidades sus robustas anatomías gozan perenne juventud persistentes carreteras de estos marcianos deportistas cuentan que algunos constantemente corren fuga inusitada según superstición...

 

   Anquises sobre los hombros

   Horacio Castillo

primeros versos

Todos llevamos, como Eneas, a nuestro padre sobre los hombros. Débiles aún, su peso nos impide la marcha, Pero luego se vuelve cada vez más liviano, Hasta que un día deja de sentirse y advertimos que ha muerto. Entonces lo abandonamos para siempre ...