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La poes a espa ola del siglo XVIII no se puede abordar como un todo monocromo ni como una sucesiva periodizaci n de escuelas o tendencias; ni se pueden englobar bajo un mismo ep grafe todos los estilos que, como contraposici n al Barroco, aparecen en Espa a a lo largo del siglo.
La diversidad formal y tem tica ofrece, sin embargo, una esencial conexi n unitaria; a todos los ilustrados les une la misma inquietud y af n de b squeda, e id ntica actitud intelectual y tica, cualquiera que sea su postura est tica. El mundo refinado y fr volo, propio de la poes a Rococ , convive con los temas tiles y doctrinales de la poes a ilustrada. El Prerromanticismo y el Neoclasicismo se producen de manera simult nea en autores coet neos. La raz n y lo racional predominan en las manifestaciones de los hombres ilustrados, pero, precisamente por ello, lo sensual tiene un papel destacado; se reivindican los sentidos, y se dignifica lo er tico y el placer, como elementos de la naturaleza racional.
La aproximaci n a la poes a del siglo XVIII no se puede acometer en funci n de la resonancia sentimental, intimista o est tica: para los escritores, la actividad po tica es una forma m s de su intenci n de reforma general en la que est n empe ados: es, fundamentalmente, un veh culo de ideas. Y no es que el genio creador se hubiera agotado, sino que el prop sito de los ilustrados obedece a una voluntad renovadora y did ctica. Era la prosa y no la poes a la forma literaria que mejor se adecuaba a la expresi n ilustrada de las ideas, pero tambi n la poes a fue expresi n del ideario de las luces; la poes a se disfraza, as , de cr tica en avellanos, Morat n o Iriarte. Son pocas las innovaciones m tricas del setecientos: se incorpora la octavilla italiana, se incrementa el uso del endecas labo suelto y en pareados, y del heptas labo. Y mantienen su vigor de siempre el romance, el terceto, la lira, la canci n y la silva. Los asuntos serios se tratan en odas, y los fr volos, en epigramas, letrinas y odas anacre nticas e idilios. De: FONOTECA LITERARIA. Antolog a po tica. Por Pilar Gonz lez de Mendoza. Alhambra Longman S. A., Espa a. 1990. |