¡Ah mundo! La negra Juana,
¡la mano se le pasó!
Se le murió su negrito,
sÃ, señor.
¡Ay compadrito del alma!,
tan sano que estaba el negro!
Yo no el acataba el pliegue,
yo no le miraba el hueso;
como yo me enflaquecÃa,
lo medÃa con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco,
como yo me iba poniendo.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendrÃa dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito del cielo.
Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.
Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo;
que cuando pintas tus vÃrgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.
Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero;
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
pÃntame angelitos negros.
No hay un pintor que pintara
angelitos de mi pueblo.
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ãngel de buena familia
no basta para mi cielo.
Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus angelitos blancos,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.
Si al cielo voy algún dÃa,
tengo que hallarte en el cielo,
angelitico del diablo,
serafÃn cucurusero.
Si sabes pintar tu tierra,
asà has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Virgen sea blanca,
pÃntame angelitos negros.
No hay una iglesia de rumbo,
no hay una iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
y entonces, ¿a dónde van,
angelitos de mi pueblo,
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?
Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo,
y al lado del ángel rubio,
y junto al ángel trigueño,
aunque la Virgen sea blanca,
pÃntame angelitos negros.
De: AntologÃa
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