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Pasaban en silencio nuestros dioses    
    Editora del fonograma:    
    Voz Viva de México. UNAM    
por Eliseo Diego    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Elegía con un poco de amargura


Ésta es otra elegía, pero
dedicada a un hombre desagradable,
vecino mío, que nunca
quiso saludarme.
No sé, por tanto, cómo se llamaba.

Cara de limón, cara de perro malo,
jamás se rebajó a mirarme
siquiera. Vivíamos
los dos en la misma calle.

Un día tras otro nos desencontrábamos.
Primero por la mañana, y luego
por la tarde.

Se murió, y,
naturalmente,
dejó de no saludarme.

Ayer lo vi venir tan él como de costumbre
y me alegró que todo fuese igual que antes.

Pero no era ni por la tarde ni por la mañana,
y en cuanto a él, tampoco era él,
como adrede.




De: Pasaban en silencio nuestros dioses



ELISEO DIEGO






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