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Temporal

                              (Ray, llévanos con tu vara ciega por la Zona Peligrosa
                              de la Mente y sorpréndenos otra vez)
                              (Armando Romero)


En este espejo tétrico se desvanece el día.
En este vidrio solo en cuyo azogue roto
veo tristes secuencias. En este infierno húmedo
donde se despedazan las antiguas victorias.
-Yo fui aquella virgen que quería,
aún, profanar su cuerpo. Fui aquella doncella
en cuyos pechos muertos navegaban las manos del amante.
-Yo fui aquel amante,
pero amaba al marino que había siempre a proa.
-Yo fui el capitán pero el barco se hundía.
-Yo nunca he sido nadie, pero estaba ahí y miraba la escena.
-Yo nunca quise ser el mar
pero siempre existimos ciertos Judas mediocres.
-Yo perdí la pulsera al impulsarme el viento hacia las olas.
-Yo contaba el dinero.
-Yo os dije: el verde no va bien con esa triste sarta de tejidos
tapizando las sillas de cubierta.
-Yo amaba a Leandro mientras él me palpaba.
-Yo traducía el texto del diario de a bordo.
-Yo sigo siendo nadie, pero poco me importa.
-Los tuve que matar: éste es mi sino húmedo.
-Por Dios- gritaba esa mujer encinta.
-No se agobien, decía el capitán, pasen a las barcazas.
-No existen más barcazas, mi capitán, esto es la muerte sola.
No existimos los hombres, mi capitán, esto es una parodia.
-Pero el mar es de agua, no lo veis.
-He dejado el muñeco a los pies de la cama.
-No me digas que ahora ya no quieres besarme.
-Esto es sólo el principio, la vida es una ola.
-Es sólo una tormenta, calmará en unas horas.
-Me apetece un cigarro. Podría ser el fin.
-Nunca quise ser mar.
-No sé si existo todavía, pero me importa poco.
-Debéis rezar ahora.
-En nombre de la reina yo os bautizo.
-Cuántas millas nos faltan para llegar al pánico.
-El capitán Mateu no está en cubierta.
-Agarradse a las olas, el mar está de coña.
-Mañana, cuando llegue, compraré en la subasta de St. Thomas...
-No se ven tiburones.
-No quise ser el mar.
-Dónde estamos los hombres, el cielo es una farsa.
-No sonaba hace rato la octava de Beethoven?
-No quise ser el mar.
-Mamá, por qué la gente tiene cara de enferma.
-Yo nunca fui aquel hombre, pero miraba todo.
-Les tuve que matar, la vida es una guerra.
-Quién es el capitán, hace tiempo que estamos todos muertos,
queda un reguero ebrio de sangre en las estrellas.




Poema proporcionado por la autora


DOLORS ALBEROLA




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