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Un asesino en las calles

No mataré ya más, porque los hombres sólo
son número y letras de mi agenda
e intervalos sin habla, descarga de los ojos
de vez en vez, cuando el sepulcro se abre
perdonando otra vez el pecado de la vida.
          No mataré ya más las borrosas figuras
          que esclavas de lo absurdo avanzan por la calle
          agarradas al tiempo como a oscura certeza
          sin salida o respuesta, como para la risa
tan sólo de los dioses, o la lágrima seca
          de un sentido que no hay, y de unos ojos muertos
          que el desierto atraviesan sin demandar ya nada
          sin pedir ya más muertos ni más cruces al cielo
          que aquello, oh Dios lo sabe, aquella sangre era
          para jugar tan sólo.


(De: El que no ve)


LEOPOLDO MARÍA PANERO




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