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Amor sin mordazas

He pensado que acaso ni presientes
cuánto silencio
          encierra mi silencio,
cuánta pena encendida anda exhalando
como ásperos aromas
          en el viento,
cuánta impotencia espera
          agazapada
en esta indiferencia voluntaria
que me quema por dentro.
He pensado que acaso es necesario
participarte un nuevo sentimiento:
este odio
          que me enciende las entrañas
y navega en los cauces de sus fuegos
cada vez que tus torpes injusticias
me arrebatan el cielo.
He pensado que acaso deba darte
de una vez
          y del todo
          y para siempre
aquello que más quieres:
el dominio absoluto de mi cuerpo.
Pero
a sabiendas que aún guardo en mis rincones
la estructura de todos mis secretos,
pero a sabiendas que,
           entre piel y sangre,
no tendré
para ti
más que el silencio...
hasta que entiendas que la arena fluye
en los cristales ávidos del tiempo,
y se marchita el agua en mis vertientes
bajo la furia
          de tu sol hambriento,
y la esperanza ya no tiene fuerzas
para invocar la magia del recuerdo,
y en su destierro de dolor,
          sin nombre,
hay un antiguo amor
          que está muriendo.



De: El amor sin mordazas


NORMA SEGADES MANIAS




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