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El amor de los hijos del Águila




En la punta de la flecha ya está, invisible, el corazón del pájaro.
En la hoja del remo ya está, invisible, el agua.
En torno del hocico del venado ya tiemblan, invisibles, las ondas del
estanque.
En mis labios ya están, invisibles, tus labios.



Selección: Eduardo Milán y Ernesto Lumbreras



WILLIAM OSPINA




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