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Era una fiesta bajo las lunas rojas...

Era una fiesta bajo las lunas rojas de farolitos chinos
donde la brasa de los cigarros eran noctilucas
a la deriva de la brisa en una noche de mayo.
Era una fiesta donde una mujer
se encontró con quien había compartido su vieja historia
de una noche en un hotel de provincia.
Al saludarlo, recordó cómo había deseado
el cuerpo de aquel soldado ahora sordo y calvo.
El hombre repitió para sí varias veces el nombre de la mujer
como si lo hubiera escuchado en alguna parte
y le pidió disculpas con pretextos sutiles
mientras continuó buscando grillos sueltos en el jardín
bajo las lunas rojas de farolitos chinos.



X De: Un jarrón chino


WILLIAM JOHNSTON




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