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Diecinueve de abril, tarde

Donde calla el amor
No habla tampoco el desamor
No es nunca nadie
Alma fundada en la agonía
Quien te rechaza

Donde calla el amor
Habla la estúpida Fortuna

Tú misma alma de vértigo
La has levantado allí
Tú misma escoges que te hablen
Desde un lugar que ha de tragarte entera
Si no lo habita nadie

Tú misma que aceptaste
Que tu vida y sus dardos
Te los dispense la mirada de alguien
Supiste siempre que la Muerte es nadie



De: Lapso
4 de la serie Pocos días


TOMÁS SEGOVIA




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