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Flores lívidas

Las sonrisas sin encías,
y las miradas sin ojos,
las visiones de los sueños
de los pálidos neuróticos,
invisibles enemigos,
implacables odios póstumos,
hacen que dé la flor lívida
del rosal del manicomio
-que crece y que tiene savia-
con la sangre de los locos.



De: Rubén Darío
Obras poéticas completas
Ed. Aguilar, Madrid, 1941


RUBÉN DARÍO




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