☰ menú
 



Cosas absurdas

El sol me conoce bien
sale cada mañana,
                    pero se acuesta cuando yo quiero,
a veces duerme al mediodía,
a veces padece de insomnio,

entra por la ventana
con la familiaridad del dueño de casa,
se mira largamente en el espejo,
me sonríe,
                    me hace un guiño,
por un momento
                              se queda atrapado en mi pupila,

luego          se va danzando,
          jugueteando con alegre premura
para perderse por las hendijas
                    del contraluz de mi propia sombra.



Poema proporcionado por la autora


ROSA AMELIA ALVARADO ROCA




regresar