☰ menú
 



El hijo pródigo

Lamiendo tierra, arena, raíces y bazofias,

tumbo a tumbo al origen precipítase el río.

Los oros del poniente despilfarró en cabriolas

de ondulante premura por liquidar su opimo

caudal de margaritas y alas de mariposa.

Vuelve enjuto, lodoso, pordiosero de estío,

Y, añorando caricias de paternales olas,

arrójase en el seno del Mar, arrepentido.




De: SEMANA SANTA EN LA NIEBLA
Selección: Emma Gómez
Crítica literaria


ROGELIO SINÁN




regresar