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La gracia de la maldad escoge un lugar pequeño para posarse, levemente

eso lo repite
lo repite con la boca entrecerrada:
la decisión final fue lanzarlo por la borda
tras el tiro de gracia.


(Yo lo vi todo:
sentada en la tercera fila con una gran bolsa
de palomitas sobre la falda, se escapaban
pero las cogía en el aire y luego cerraba los ojos
ante los sonidos crujientes)


Particularidades


El color azulado de la piel lo delata:
siempre será dominado
por aquellas pasiones.

(Él no puede soltarse, me lo ha dicho: "no puedo,
querida, vete tú y déjame aquí, junto al mar...")

La camisa blanca: una fuerza brutal escondida
en los ojos,
la inmensidad de un movimiento ingenuo
tras un golpe mortal.

Y los imperdibles al lado del corazón —azul, igual
que el de los hombres— no tiene otra razón sino:
olvidar el terror.



Selección: Eduardo Milán y Ernesto Lumbreras


ROCÍO SILVA SANTISTEBAN




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