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Catalina de Alberti, ítalo-andaluza

(Siglo XIX)


Llevaba un seno al aire, y en las manos
—nieve roja— una crespa clavellina.
Era honor de la estirpe gongorina
y gloria de los mares albertianos.

Brotó como clavel allá en los llanos
de Córdoba la fértil y la alpina,
y rodó como estrella y trasmarina
perla azul por los mares sicilianos.

Nunca la vi, pero la siento ahora
clavel de espuma y nácar de los mares
y arena de los puertos submarinos.

Vive en el mar la que mi vida honora,
la que fue flor y norte de mis lares
y honor de los claveles gongorinos.



De: Marinero en tierra


RAFAEL ALBERTI




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