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Espera

Te has levantado hoy con un extraño gusto en la boca
como el sonido de una guitarra al fondo de una iglesia
vacía y oscura.
Te has mirado en el espejo: tenías en los ojos
el color de la música de una pavana triste
que nadie bailaba. Has soñado una plaza porticada
de una ciudad italiana. Llovía. Sólo recuerdas
el agua agujada mientras intentabas averiguar
la diferencia entre agrio y amargo,
si aún vendrías
o ya no.








De Las manos descalzas


MANUEL FORCANO




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