☰ menú
 



Esqueléticamente hablando

No permitir que se enfríe la tibia

quitarse los martillos de los oídos o ponerles marimba

leer al poeta Ilíaco, tan desconocido en Grecia

no una columna ósea, sino de humo,

para felicidad de niños y lloviznas

elegir una osamenta como mascota

sin sacro ni corbata acariciar el mar carpio

¿hay rumba en el lumbar?

¿Cuál es la clavícula del problema?

¿Quién pagará los omoplatos rotos?




De: Revista de Poesía Prometeo
Medellín, Colombia


LUIS EDUARDO RENDÓN




regresar