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El oculto

Dentro de sus hijos, indefenso,
dura el padre,
intruso en su propio nacimiento.

A veces lo nombran o lo ven en sueños.
Al que van a recordar.
El otro, el que desde el fondo
no puede asomarse al mundo,
el que medra de sus vidas
y, apenas hace pie, se les vuela en el gesto, ese
viene de lejos
como la mano de un ciego

y aletea
           pide que le pidan
                                   para verlos.

No está en el alma.
(Son deshoras
                    el alma.)

El hombre que hace un hijo
                                      hace dos huérfanos.





De: El amanecido


LEOPOLDO CASTILLA




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