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A veces ella


Ella es a veces alta,
a veces triste como todo camino,
de mirada queda.
                    Y cuando me ve,
su sonrisa me quema todo el cuerpo.

La conocí hoy y sonreía.

Hablaba despacio,
viendo la palabra perfecta,
ella,
la mujer exacta.

Y cuando hablaba de las gentes,
de las cosas viejas,
de la promesa que debíamos hacer,
de la espera secular;
su cuerpo se erguía
                         y era toda una gacela de emoción.

Ella pensaba en un mundo
                              por estrenar
como sólo te pones
por primera vez un sentimiento nuevo,
y el periódico temblaba en sus manos
y los dedos rasgaban las
                              fotografías,
                                        las palabras,
la mentira.

La conocí hoy por la mañana
y ella es un ocaso y lo sabe
y fija sus profundas pupilas
en las mías.
Sobre sus hombros tiemblan áridas
montañas encarnadas.

Ella es la palabra incendiada,
el cielo desesperado
de una tarde de agosto,
un río,
la noche iracunda,
un heroico aliento a desatar.





(Fuente: Manlio Argueta)


JULIO TORRES RECINOS




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