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Mi perro ha muerto

a mi perro Capitán


Mi perro ha muerto en el jardín
y por su lengua se desombra
a otro amanecer.

Cuando se muere un perro
el silencio es humo
de un tren de aullidos que descarrilan en la tierra
y lo que sigue es frío para temblar con él
desocupado de piel, descobijado de casa.

Oigo a los muertos
crecer con sus vísceras de niebla
hasta volverse vivos.

Duermo.

Amanezco con un perro
muerto en el jardín. Y ahora es miedo.



De: Poemas dispersos (1980-2002)


JORGE MERETTA




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