☰ menú
 



El día interminable

Ayer era domingo y hoy también es domingo,
el nombre interminable de un día interminable.
La misma taza blanca y el mismo café negro,
todos beben y sienten un sabor de penumbra.
Una anciana que espera los hijos que no vuelven
-ningún hijo esperado vuelve lo suficiente-.
Ciertos hombres que sueñan, no van a ningún sitio,
una fruta que cae donde nadie ha previsto,
la lentísima luna como un seno lentísimo,
emergiendo del pecho más total del Poniente.

Todo sucede ahora. Todo ya ha sucedido.








De El día interminable


JORGE GALÁN




regresar