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Ciudades

Allí donde Venecia vierte en sus canales el
iris vespertino y Roma empolla la forma blanca
y dorada de la edad, Florencia mira con fatigados
ojos un horizonte de laureles.

Brujas, la recogida, donde el silencio aún es
cisne.

Perenne colmenar de Salamanca, y clara, derramada
dulzura en verso y piedra para siempre.

En tu jardín, Granada, mis sueños fueron
brisa y agua de canciones. Tú, mi vigilia.

¡Ávila, tu alta muralla, tu cinturón guerrero,
tu ascético cilicio!


De: Vida continua


JAVIER SOLOGUREN




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