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Noche adentro y no duermo

A lo lejos, en un atardecer
en que el otoño
es un lugar en mi pecho,
comienzan a encenderse las ventanas,
  
mi nostalgia
por estar donde bien sé que al llegar
volvería a estar afuera.
  
Duelen los ojos de soñar tan a lo lejos
  
la frente de pensar
lo impensable de tanta vida
que no he abrazado,
tanta deuda de lo que no he nacido.
  
Poco a poco se apagan las luces,
  
es el lindero de una  noche y otra noche,
la frágil vecindad
            del miedo y la esperanza.
  
El último día podría ser éste que termina,
esta noche
en la que aún escribo
  
igual, pero sin una ausencia nueva
                                               para seguir esperando.








De: Hugo Mujica
Poesía completa


HUGO MUJICA




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