Nos bañamos de hielo en el invierno,
hace tiempo de polvos otoñales,
el verano con frutos estivales
y de polen peligro en abril tierno.

Este goce de baño tan eterno,
este decir los cuerpos tan iguales
entre cuernos de signos zodiacales
fundidos en lo extraño y en lo interno,

lavados como el cauce del arroyo
con una misma sed y enardecidos,
como peces viajeros sin escollo

como peces pescados aturdidos,
pero juntos los dos en el embrollo
y por el mismo anzuelo sorprendidos.



De: Estación sin nombre