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Vasija india

Esta vasija, con el asa
donde un animalillo asoma
su pico ansioso, fue delicia
de su dueña. Luego el bronco
escándalo extranjero
sofocó los murmullos
del afán diario. Luego el tiempo
—el cauto, el taciturno—,
con astucia y paciencia, fue borrando
el humo, el vaho de los dedos
de suavísimo bronce. Luego vino
el sol de nuevo, y los ojillos
redondos de la bestezuela
miraron ciegos.
¿Fue, quizás,
desde el principio, este vacío
la razón de su azoro?
El alfarero
mezcló a la arcilla el desamparo,
su ser hizo de asombro.



De: Poemas escogidos


ELISEO DIEGO




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