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Honores

Ayer anduve a solas sobre el oscuro aliento de la luna,
desaté la palabra más reservada y más perfecta,
para que huyera en ascuas sobre el polvo
donde hace siglos hubo una torre, una tumba;
respiración de gente que vive aún, que vive,
me custodiaba a ciegas desde los cuatro rumbos,
guerreros con sus lanzas invisibles, atónitas.
Y llegó el día con mayor misterio.



28-1-75


DAVID ESCOBAR GALINDO




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