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Carga de Dios

Dios mío, si eres mío ya no aguanto
tu peso en mis pulmones y en mis huesos.
Tu peso, que buscando contrapesos
sólo halla la palanca de mi llanto.

Estoy solo de Tí, por eso tanto
me cuesta depender de tus excesos:
y aún me exiges memorias y progresos,
Tú que cuidas, tan fiel, mi desencanto.

Por eso si pudiera desprenderme
de tu carga tan íntima y secreta,
feliz sería como el sol que duerme.

Pero ante la ansiedad de desclavarme,
sigo preso en la sed del agua quieta,
como un arma que teme su desarme.


(Selección: Yanira Soundy)


DAVID ESCOBAR GALINDO




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