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España, aparta de mí este cáliz (Poema XI)

Miré el cadáver, su raudo orden visible
y el desorden lentísimo de su alma;
le vi sobrevivir; hubo en su boca
la edad entrecortada de dos bocas.
Le gritaron su número: pedazos.
Le gritaron su amor: ¡más le valiera!
Le gritaron su bala: ¡también muerta!

Y su orden digestivo sosteníase
y el desorden de su alma, atrás, en balde.
Le dejaron y oyeron, y es entonces
que el cadáver
así vivió en secreto, en un instante;
más le auscultaron mentalmente, ¡y fechas!
llorándole al oído, ¡y también fechas!



(XI) De: España, aparta de mí este cáliz


CÉSAR VALLEJO




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