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El cuerpo esplende en el zaguán profundo...

El cuerpo esplende en el zaguán profundo, ante la trenza del esparto y los armarios destinados a los membrillos y las sombras.

De pronto, el llanto enciende los establos.

Una vecina lava la ropa fúnebre y sus brazos son blancos entre la noche y el agua.



De: El libro del frío


ANTONIO GAMONEDA




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