☰ menú
 



Ciudad caída

                    Ya no me duelas más,
agosto deshojado,
que me atraviesa tu áspera
cabalgata roja.
                     Amor
-qué rara herida
de rabiosos relámpagos-.
                    Como un terrorista
glorioso
me has tomado.
Dulce fardo terrible.
                     Amor,
devuélveme la llave
de mi ciudad caída.







De Poemas abiertos y otros amaneceres


ANA ISTARÚ




regresar