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El sombrerero

A los pies de un devoto franciscano
se postró un penitente-Diga, hermano:
¿qué oficio tiene? -Padre, sombrerero.
-¿Y qué estado?-Soltero.
-¿Y cuál es su pecado dominante?
-Visitar una moza. -¿Con frecuencia?
-Padre mío, bastante.
-¿Cada mes?-Mucho más.-¿Cada semana?
-Aun todavía más-. ¡Ya! ¿Cotidiana?
-Hago dos mil propósitos sinceros,
pero...-Explíquese, hermano, claramente:
¿dos veces cada día?-Justamente.
-¿Pues cuándo diablos hace los sombreros?





De: Antología de la poesía erótica española e hispanoamericana
Edición de Pedro Provencio


TOMÁS DE IRIARTE




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