| A Baco pide Midas que se vuelva oro cuanto tocare... |
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A Baco pide Midas que se vuelva oro cuanto tocare (¡ambición loca!); vuélvese en oro cuanto mira y toca, el labrado palacio y verde selva. Adonde quiera que su cuerpo envuelva, oro le ofende, y duerme en dura roca; oro come, oro bebe, que la boca quiere también que en oro se resuelva. ... |
| A la noche |
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Noche, fabricadora de embelecos, loca, imaginativa, quimerista, que muestras al que en ti su bien conquista los montes llanos y los mares secos; habitadora de cerebros huecos, mecánica, filósofa, alquimista, encubridora vil, lince sin vista, espantadiza de tus mismos ecos: la sombra, el miedo, ... |
| A la sepultura de Marramaquiz, gato famoso... |
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Este, si bien sarcófago, no duro pórfido, aquel cadáver bravo observa por quien de mures tímida caterva recóndita cubrió terrestre muro. La Parca, que ni al joven ni al maturo su destinado límite reserva, ministrándole pólvora superba, mentido... |
| A mis soledades voy... |
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A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos. ¡No sé qué tiene la aldea donde vivo y donde muero, que con venir de mí mismo no puedo venir más lejos! Ni estoy bien ni mal conmigo; mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma ... |
| A una dama que limpia los dientes |
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Gente llama la caja belicosa cuando se dora y limpia la jineta, y cuando la ballesta o la saeta, señal es de la caza codiciosa: cuando desnuda de la vaina ociosa la espada el cortesano, honor le aprieta; cuando se limpia el tiro o la escopeta, señal es de la guerra sanguinosa; y cuando el arco de marfil ... |
| Al triunfo de Judith |
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Cuelga sangriento de la cama al suelo el hombro diestro del feroz tirano, que opuesto al muro de Betulia en vano, despidió contra sí rayos al cielo. Revuelto con el ansia el rojo velo del pabellón a la siniestra mano, descubre el espectáculo inhumano del tronco horrible, convertido en hielo. Vertido ... |
| Ardese Troya, y sube el humo escuro... |
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Ardese Troya, y sube el humo escuro al enemigo cielo, y entretanto, alegre, Juno mira el fuego y llanto: ¡venganza de mujer, castigo duro! El vulgo, aun en los templos mal seguro, huye, cubierto de amarillo espanto; corre cuajada sangre el turbio Janto, y viene a tierra el levantado muro. ... |
| Asombro de María en la Anunciación |
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Estaba María santa contemplando las grandezas de la que de Dios sería Madre santa y Virgen bella el libro en la mano hermosa, que escribieron los profetas, cuanto dicen de la Virgen. ¡Oh qué bien que lo contempla! Madre de Dios y virgen entera, ... |
| Canción |
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¡Oh libertad preciosa, no comparada al oro, ni al bien mayor de la espaciosa tierra, más rica y más gozosa que el precioso tesoro que el mar del sur entre su nácar cierra; con armas, sangre y guerra, con las vidas y famas, conquistado en el mundo; paz dulce, amor profundo que el mar aparta ... |
| Cual engañado niño que, contento... |
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Cual engañado niño que, contento, pintado pajarillo tiene atado, y le deja en la cuerda, confiado, tender las alas por el manso viento; y cuando más en esta gloria atento, quebrándose el cordel, quedó burlado, siguiéndole, en sus lágrimas bañado, con los ojos y el triste pensamiento, ... |
| De damas y galanes |
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Oh, qué secreto, damas, oh, galanes, qué secreto de amor! ¡Oh! ¡Qué secreto! ¡Qué ilustre idea! ¡Qué sutil conceto! Por Dios que es hoja de me fecit loannes! Hoy cesan los melindres y ademanes, todo interés, todo celoso efeto; de hoy más Amor será firme y perfeto, sin ver... |
| De la abrasada eclíptica que ignora intrépido... |
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De la abrasada eclíptica que ignora intrépido corrió las líneas de oro mozo infeliz, a quien el verde coro vió sol, rayo tembló, difunto llora. Centellas, perlas no, vertió el aurora, llamas el pez austral, bombas el toro, etnas la nieve del Atlante moro, la mar incendios y cenizas Flora. ... |
| De la belleza de su amada |
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No queda más lustroso y cristalino por altas sierras el arroyo helado ni está más negro el ébano labrado ni más azul la flor del verde lino; más rubio el oro que de Oriente vino, ni más puro, lascivo y regalado espira olor el ámbar estimado ni está en la concha el carmesí más fino, que frente, ... |
| Desmayarse, atreverse, estar furioso |
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Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso. Huir el rostro al claro ... |
| El pastor divino |
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Pastor, que con tus silbos amorosos me despertaste del profundo sueño; tú, que hiciste cayado de este leño en que tiendes los brazos poderosos: vuelve los ojos a mi fe piadosos, pues te confieso por mi amor y dueño y la palabra de seguirte empeño tus dulces silbos y tus pies hermosos. Oye, ... |
| La gatomaquia (1) y soneto |
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Con dulce voz y pluma diligente, y no vestida de confusos caos, cantáis, Tomé, las bodas, los saraos de Zapaquilda y Micifuf valientes. Si a Homero coronó la ilustre frente cantar las armas de las griegas naos, a vos, de los insignes... |
| La gatomaquia (2) |
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Convaleciente ya de las heridas de los crueles celos de Micifuf, Marramaquiz valiente (aquellos que han costado tantas vidas, y que en los mismos cielos a Júpiter, señor del rayo ardiente, con disfraz indecente, fugitivo de Juno, su rigor importuno tantas veces mostraron, que... |
| La gatomaquia (3) |
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Distaba de los polos igualmente la máscara del sol, y Cinosura, primera cuadrilátera figura, con la estrella luciente que mira el navegante, bordaba la celeste arquitectura; velaba todo amante por el silencio de la noche obscura, y el indiano clima el sol ardía, en dos mitades... |
| La gatomaquia (4) |
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Quien dice que el amor no puede tanto, que nuestro entendimiento no puede sujetarle, es imposible que sepa qué es amor, que reina en cuanto compone alguna parte de elemento en el mundo visible. ¡Oh fuerza natural incomprehensible! Que en todo cuanto tiene una de las tres... |
| La gatomaquia (5) |
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Oh tú, don Lope, si por dicha agora por los mares antárticos navegas, o surto en tierra, cuando al puerto llegas, preguntas a la Aurora qué nuevas trae de la bella España, donde tus prendas amorosas dejas, y por regiones bárbaras te alejas; o miras, en los golfos de la naval campaña... |
| La gatomaquia (6) |
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Cuando el soberbio bárbaro gallardo llamado Rodamonte, porque rodó de un monte, supo que le llevaba Mandricardo la bella Doralice, como Arïosto dice, a diez y seis de agosto —que fue muy puntual el Ariosto—, cuenta que dijo cosas tan extrañas que movieran de un bronce... |
| La gatomaquia (7) |
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Al arma toca el campo micigriego contra Marramaquiz, gato troyano; viento sube, aunque oprimido en vano, a la región elementar el fuego; inquietan de los aires el sosiego, con firme agarro de la uñosa mano, bandera que con una y otra lista trémulas se defienden de la vista, no... |
| La llegada de los Reyes Magos |
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Reyes que venís por ellas, no busquéis estrellas ya, porque donde el sol está no tienen luz las estrellas. Reyes que venís de Oriente al Oriente del sol solo, que más hermoso que Apolo, sale del alba excelente. Mirando sus luces bellas, no sigáis la vuestra ya, ... |
| La niña a quien dijo el ángel... |
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La niña a quien dijo el ángel que estaba de gracia llena, cuando de ser de Dios madre le trujo tan altas nuevas, ya le mira en un pesebre llorando lágrimas tiernas, que obligándose a ser hombre también se obligó a sus penas. ¿Qué tenéis, dulce Jesús? le dice la niña bella , ... |
| La primera vez que vio la mar |
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¡Válate Dios, el charco, el que provocas con verte a helar el alma de las venas, Adán de tirubones y ballenas, almejas viles y estupendas focas! Cerúleo sorbedor por tantas bocas de más naves que vio tu centro arenas; teatro en quien oyó trágicas scenas, sentada la Fortuna entre estas rocas. ... |
| Laméntase manzanares de tener tan gran puente |
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Habla el río ¡Quítenme aquesta puente que me mata, señores regidores de la villa; miren que me ha quebrado una costilla; que aunque me viene grande me maltrata! De bola en bola tanto se dilata, que no la alcanza a ver mi verde orilla; mejor es que la lleven a Sevilla, si cabe en el camino de la Plata. ... |
| Pastores de Belén |
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Las pajas del pesebre, niño de Belén, hoy son flores y rosas, mañana serán hiel. Lloráis entre las pajas de frío que tenéis, hermoso niño mío, y de calor también. Dormid, cordero santo; mi vida, no lloréis, que si os escucha el lobo, vedrá por vos, mi bien. Dormid entre las pajas, que aunque frías ... |
| Pobre barquilla mía... |
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Pobre barquilla mía, entre peñascos rota, sin velas desvelada, y entre las olas sola. ¿Adónde vas perdida? ¿Adónde, di, te engolfas? Que no hay deseos cuerdos con esperanzas locas. Como las altas naves, te apartas animosa de la vecina tierra, y al fiero mar te arrojas. Igual en las fortunas, ... |
| Pobre barquilla mía... (Fragmento) |
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Pobre barquilla mía, entre peñascos rota, sin velas desvelada, y entre las olas sola. ¿Adónde vas perdida? ¿Adónde, di, te engolfas? Que no hay deseos cuerdos con esperanzas locas. Como las altas naves, te apartas animosa de la vecina tierra, y al fiero mar te arrojas. Igual en las fortunas, ... |
| Qué es amor |
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Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse; arder como la vela y consumirse haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse; hablar entre... |
| Qué tengo yo, que mi amistad procuras |
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¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno escuras? ¡Oh. cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío si de mi ... |
| Rimas sacras, Soneto I |
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Cuando me paro a contemplar mi estado y a ver los pasos por donde he venido, me espanto de que un hombre tan perdido a conocer su error haya llegado. Cuando miro los años que he pasado, la divina razón puesta en olvido, conozco que piedad del cielo ha sido no haberme en tanto ... |
| Rimas, Soneto I |
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Versos de amor, conceptos esparcidos engendrados del alma en mis cuidados, partos de mis sentidos abrasados, con más dolor que libertad nacidos; expósitos al mundo en que perdidos, tan rotos anduvistes y trocados que sólo donde fuistes engendrados fuérades por la sangre ... |
| Si el padre universal de cuanto veo... |
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Si el padre universal de cuanto veo en la naturaleza nuestra humana, despreció la sentencia soberana, obedeciendo un femenil deseo; si un rey David y un nazareno hebreo, a Bersabé y a Dálida tirana, la fuerza y la vitoria rinde llana, que no pudo el león ni el filisteo, ¿en qué valor mis ojos se fiaron, ... |
| Soneto de repente |
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Un soneto me manda hacer Violante; en mi vida me he visto en tal aprieto, catorce versos dicen que es soneto, burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallara consonante y estoy a la mitad de otro cuarteto; mas si me veo en el primer terceto, no hay cosa en los cuartetos que me espante. ... |
| Suelta mi manso, mayoral extraño... |
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Suelta mi manso, mayoral extraño, pues otro tienes de tu igual decoro; deja la prenda que en el alma adoro, perdida por tu bien y por mi daño. Ponle su esquila de labrado estaño y no le engañen tus collares de oro; toma en albricias este blanco toro que a las primeras yerbas cumple un año. ... |
| Temores en el favor |
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Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro, y la cándida víctima levanto, de mi atrevida indignidad me espanto y la piedad de vuestro pecho admiro. Tal vez el alma con temor retiro, tal vez la doy al amoroso llanto, que arrepentido de ofenderos tanto con ansias temo, y con dolor suspiro. ... |
| Un Soneto me manda hacer Violante... |
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Un Soneto me manda hacer Violante, que en mi vida me he visto en tal aprieto: catorce versos dicen que es Soneto, burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallára consonante, y estoy á la mitad de otro quarteto; mas si me veo en el primer terceto no hay cosa... |
| Varios efectos del amor |
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Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso. ... |
| Vierte racimos la gloriosa palma... |
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Vierte racimos la gloriosa palma y sin amor se pone estéril luto; Dafne se queja en su laurel sin fruto, Narciso en blancas hojas se desalma. Está la tierra sin lluvia en calma, viles hierbas produce el campo enjuto; porque nunca pagó al amor tributo, gime en su piedra de Anaxarte el alma. ... |
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