LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE | |
¡Oh excelso muro, oh torres coronadas De honor, de majestad, de gallardía! ¡Oh gran río, gran rey de Andalucía, De arenas nobles, ya que no doradas! ¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas, Que privilegia el cielo y dora el día! ¡Oh siempre gloriosa patria mía, Tanto por plumas cuanto por espadas! ... | |
¡Oh, de alto valor, de virtud rara Sacro esplendor, en toda edad luciente, Cuya fama los términos de Oriente Ecos los hace de su trompa clara! Vuestro cayado pastoral, hoy vara, Dará flores, y vos gloriosamente, Del pellico a la púrpura ascendiente, Subiréis de la mitra a la tiara. No es voz ... | |
Salí, señor don Pedro, esta mañana A ver un toro que en un Nacimiento Con mi mula estuviera más contento Que alborotando a Córdoba la llana. Romper la tierra he visto en su abesana Mis prójimos con paso menos lento, Que él se entró en la ciudad tan sin aliento, Y aún más, que me dejó en la barbacana. ... | |
Por tu vida, Lopillo, que me borres Las diez y nueve torres del escudo, Porque, aunque todas son de viento, dudo Que tengas viento para tantas torres. ¡Válgame los de Arcadia! ¿No te corres Armar de un pavés noble a un pastor rudo? ¡Oh tronco de Micol, Nabal barbudo! ¡Oh brazos Leganeses ... | |
Urnas plebeyas, túmulos reales Penetrad sin temor, memorias mías, Por donde ya el verdugo de los días Con igual pie dio pasos desiguales. Revolved tantas señas de mortales, Desnudos huesos y cenizas frías, A pesar de las vanas, si no pías, Caras preservaciones orientales. Bajad luego al abismo, ... | |
A Nuestra Señora de Atocha, por la salud del Rey Don Felipe III | |
En vez, Señora, del cristal luciente, Licores nabateos espirante, Los faroles, ya luces de Levante, Las banderas, ya sombras de Occidente. Las fuerzas litorales, que a la frente Eran de África gémino diamante, Tanto disimulado al fin turbante Con generosidad expulsó ardiente, Votos de España ... | |
A un fraile Franciscano, en agradecimiento de una caja de jalea | |
Gracias os quiero dar sin cumplimiento, Dulce fray Diego, por la dulce caja; Tal sea el ataúd de mi mortaja, Y de mis guerras tal el instrumento. Consagrad, Musas, hoy vuestro talento A la monja que almíbar tal le baja, Pues quien acabar suele en una paja Sella ahora el estómago contento. ... | |
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Herido el blanco pie del hierro breve, Saludable si agudo, amiga mía, Mi rostro tiñes de melancolía, Mientras de rosicler tiñes la nieve. Temo (que quien bien ama, temer debe) El triste fin de la que perdió el día, En roja sangre y en ponzoña fría Bañado el pie que descuidado mueve. Temo aquel fin, ... | |
Gallardas plantas, que con voz doliente Al osado Faetón llorastes vivas, Y ya sin invidiar palmas ni olivas, Muertas podéis ceñir cualquiera frente, Así del Sol estivo al rayo ardiente Blanco coro de Náyades lascivas Precie más vuestras sombras fugitivas Que verde margen de escondida fuente, ... | |
Llegué a este Monte fuerte, coronado De torres convecinas a los cielos, Cuna siempre real de tus abuelos, Del Reino escudo, y silla de su estado. El templo vi a Minerva dedicado, De cuyos geométricos modelos, Si todo lo moderno tiene celos, Tuviera invidia todo lo pasado. Sacra erección de príncipe ... | |
En vez de las Helíades, ahora Coronan las Pïérides el Pado, Y tronco la más culta levantado, Suda electro en los números que llora. Plumas vestido ya las aguas mora Apolo, en vez del pájaro nevado Que a la fatal del Joven fulminado Alta ruina, voz debe canora. ¿Quién, pues, verdes cortezas, ... | |
Florido en años, en prudencia cano, Riberas del Sebeto, río que apenas Obscurecen sus aguas sus arenas, Gran freno moderó tu cuerda mano; Donde mil veces escuchaste en vano Entre los remos y entre las cadenas, No ya ligado al árbol, las sirenas Del lisonjero mar napolitano. ... | |
Al marqués de Velada, herido de un toro que mató luego a cuchilladas | |
Con razón, gloria excelsa de Velada. Te admira Europa, y tanto, que celoso Su robador mentido pisa el coso, Piel este día, forma no alterada. Buscó tu fresno, y extinguió tu espada En su sangre su espíritu fogoso: Si de tus venas ya lo generoso Poca arena dejó calificada. Lloró su muerte el Sol, ... | |
Ser pudiera tu pira levantada, De aromáticos leños construida, Oh Fénix en la muerte, si en la vida Ave, aun no de sus pies desengañada. Muere en quietud dichosa y consolada A la región asciende esclarecida, Pues de más ojos que desvanecida Tu pluma fue, tu muerte es hoy llorada. Purificó el cuchillo, ... | |
Este monte de cruces coronado, Cuya siempre dichosa excelsa cumbre Espira luz y no vomita lumbre, Etna glorioso, Mongibel sagrado, Trofeo es dulcemente levantado, No ponderosa grave pesadumbre, Para oprimir sacrílega costumbre De bando contra el cielo conjurado. Gigantes miden ... | |
Si ya el griego orador la edad presente, O el de Arpinas dulcísimo abogado Merecieran gozar, más enseñado Éste quedara, aquél más elocuente, Del bien decir bebiendo en la alta fuente, Que en tantos ríos hoy se ha desatado Cuantos en culto estilo nos ha dado Libros vuestra Retórica excelente. ... | |
Poco después que su cristal dilata, Orla el Dauro los márgenes de un Soto, Cuyas plantas Genil besa devoto, Genil, que de las nieves se desata. Sus corrientes por él cada cual trata Las escuche el Antípoda remoto, Y el culto seno de sus minas roto, Oro al Dauro le preste, al Genil plata. ... | |
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¿Cuál del Ganges marfil, o cuál de Paro Blanco mármol, cuál ébano luciente, Cuál ámbar rubio, o cuál oro excelente, Cuál fina plata, o cuál cristal tan claro, Cuál tan menudo aljófar, cuál tan caro Oriental safir, cuál rubí ardiente, O cuál, en la dichosa edad presente, Mano tan docta de escultor ... | |
A este que admiramos en luciente, Émulo del diamante, limpio acero, Igual nos le dio España caballero Que de la guerra Flandes rayo ardiente. Laurel ceñido, pues, debidamente, Las coyundas le fían del severo Suave yugo, que al lombardo fiero Le impidió sí, no le oprimió la frente. ¿Qué mucho si ... | |
De la florida falda que hoy de perlas bordó la Alba luciente, tejidos en guirnalda traslado estos jazmines a tu frente, que piden, con ser flores, blanco a tus sienes y a tu boca olores. Guarda destos jazmines de abejas era un escuadrón volante, ronco sí de clarines, ... | |
Del conde Villamediana, prevenido para ir a Nápoles con el duque de Alba | |
El Conde mi señor se va a Napoles; Con el gran Duque. Príncipes, a Dío; De acémilas de haya no me fío, Fanales sean sus ojos o faroles. Los más carirredondos girasoles Imitará siguiéndoos mi albedrío, Y en vuestra ausencia, en el puchero mío Será un torrezno la Alba entre las coles. ... | |
Generoso esplendor, sino luciente, No sólo es ya de cuanto el Duero baña Toro, mas del Zodíaco de España, Y gloria vos de su murada frente. ¿Quién, pues, región os hizo diferente Pisar amante? Mal la fuga engaña Mortal saeta, dura en la montaña, Y en las ondas más dura de la fuente: ... | |
Duélete de esa puente, Manzanares; Mira que dice por ahí la gente Que no eres río para media puente, Y que ella es puente para muchos mares. Hoy, arrogante, te ha brotado a pares Húmedas crestas tu soberbia frente, Y ayer me dijo humilde tu corriente Que eran en marzo los caniculares. ... | |
Oveja perdida, ven sobre mis hombros; que hoy no sólo tu pastor soy, sino tu pasto también. Por descubrirte mejor cuando balabas perdida, dejé en un árbol la vida, donde me subió el amor; si prendas quieres mayor, mis obras hoy te la den. Oveja perdida, ven sobre mis hombros; ... | |
Mañana sá Corpus Christa mana Crara; alcoholemo la cara e lavemonó la vista. ¡Ay, Jesú, como sa mu trista! ¡Qué tiene, pringa señora! Samo negra pecandora, e branca la Sacramenta. La alma sá como la denta, Crara mana. Pongamo fustana, e bailemo alegra; que aunque samo negra, ... | |
Estas que me dictó rimas sonoras, culta sí, aunque bucólica Talía ¡oh excelso conde! en las purpúreas horas que es rosas la alba y rosicler el día, ahora que de luz tu Niebla doras, escucha al son de la zampoña mía, si ya los muros no te ven, de Huelva peinar el viento, fatigar la selva. ... | |
Aprended, flores, en mí lo que va de ayer a hoy, que ayer maravilla fuí, y sombra mía aun no soy, La aurora ayer me dio cuna, la noche ataúd me dio; sin luz muriera, si no me la prestara la luna. Pues de vosotras ninguna deja de acabar así, aprended, flores, en mí lo que va de ayer a hoy, ... | |
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Las flores del romero, niña Isabel, hoy son flores azules, mañana serán miel Celosa estás, la niña, celosa estás de aquel dichoso, pues le buscas, ciego, pues no te ve, ingrato, pues te enoja, y confiado, pues no se disculpa hoy de lo que hizo ayer. Enjuguen esperanzas lo que lloras por él, ... | |
El que a su mujer procura Dar remedio al mal de madre, Y ve que no la comadre Sino que el Cura la cura, Si piensa que el Padre Cura Trae la virtud en la estola, Mamóla. Soldado que de la armada Partió a casarse doncel Con la que lo es menos que él (Aunque mucho más soldada), Si la victoria, ... | |
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Que esté la bella casada bien vestida y mal calzada bien puede ser; Mas que el bueno del marido no sepa quién dio el vestido, no puede ser. Que olvide la hija al padre al buscarla quien la cuadre, bien puede ser. Mas que se pase el invierno sin que ella le busque yerno, no puede ser. ... |