REINALDO ARENAS | |
Mal poeta enamorado de la luna, no tuvo más fortuna que el espanto; y fue suficiente pues como no era un santo sabía que la vida es riesgo o abstinencia, que toda gran ambición es gran demencia y que el más sordido horror tiene su encanto. Vivió para vivir que es ver la muerte ... | |
De modo que Cervantes era manco; sordo, Beethoven; Villon, ladrón; Góngora de tan loco andaba en zanco. ¿Y Proust? Desde luego, maricón. Negrero, sí, fue Don Nicolás Tanco, y Virginia se suprimió de un zambullón, Lautrémont murió aterido en algún banco. ... | |
Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche. José Martí Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche, sumidas ambas en un solo abismo. Cuba o la noche (porque son lo mismo) me otorgan siempre el mismo reproche: En el extranjero, de espectros fantoche, hasta tu propio espanto es un espejismo, ... | |
En oscura prisión voy naufragando mientras me evado de diez mil prisiones; cada paso que doy lo doy pensando: menos que esto ha costado paderones. No más soñar, no más canciones; ni siquiera aquellas concebidas o por el estertor de mil heridas o por el azar de improvisaciones. ... | |
A la columnista; digo, calumnista, de un periódico hispano en el estado de la Florida Sus escritos, señora Nurka o Nurko, más que en español están en turco. ¿El tema? Siempre el mismo: nada, nada. ¡Y al pie su horrible foto engalanada! En eso de decir nada es usted terca ... | |
Sé que más allá de la muerte está la muerte, sé que más acá de la vida está la estafa. Sé que no existe el consuelo que no existe la anhelada tierra de mis sueños ni la desgarrada visión de nuestros héroes. Pero te seguimos buscando, patria, en las traiciones del recién llegado y en las mentiras ... | |
No es el muerto quien provoca el estupor es la sorpresa de ver cómo olvidamos su propia muerte, nuestro gran dolor. Queda el muerto, nosotros nos marchamos. No es el muerto, no, quien se retira. Somos nosotros que vamos discutiendo, sobre el cadáver que mudo nos mira, ... | |
¡No, música tenaz, me hables del cielo!, donde es obligación cavar la tierra. No creo que exista tal consuelo donde sólo es vivir perenne guerra. Pues quien del horror ya corrió el velo sabe que sólo horror el mundo encierra. Inútil es tu canto, ardor y celo: oigo la última puerta que se cierra. ... | |
Sólo el afán de un náufrago podría. José Martí Sólo el afán de un náufrago podría remontar este infierno que aborrezco. Crece mi furia y ante mi furia crezco y sólo junto al mar espero el día. Llegará y yo estaré sobre la arena, blanco esqueleto que no dice adiós. Decir adiós es acortar la pena, ... | |
Todo lo que pudo ser, aunque haya sido, jamás ha sido como fue soñado. El dios de la miseria se ha encargado de darle a la realidad otro sentido. Otro sentido, nunca presentido, cubre hasta el deseo realizado; de modo que el placer aun disfrutado jamás podrá igualar al inventado. ... | |
Tú y yo estamos condenados por la ira de un sseñor que no da el rostro a danzar sobre un paraje calcinado o a escondernos en el culo de algún monstruo. Tú y yo siempre prisioneros de aquella maldición desconocida. Sin vivr, luchando por la vida. Sin cabeza, poniéndonos sombrero. ... | |
Por qué esta sensación de ir a buscarte hacia donde por mucho que vuele no he de hallarte. Qué terror sin tiempo ahora me impele a por sobre tanto terror siempre evocarte. No ha de encontrar sosiego nuestra pena (que hallarlo sería comenzar otra condena) y por lo mismo jamás cesaré ... | |
Nosotros vinimos por el aire Nosotros vinimos por el mar Nosotros llegamos amarrados a la cámara de un auto Nosotros llegamos sujetos a la rueda de un avión Nosotros salimos conjurando tiburones y gardacostas Nosotros salimos taladrando un túnel en el aire Nosotros salimos agarrados ... | |
Ahora me comen. Ahora siento cómo suben y me tiran de las uñas. Oigo su roer llegarme hasta los testículos. Tierra, me echan tierra. Bailan, bailan sobre este montón de tierra y piedra que me cubre. Me aplastan y vituperan repitiendo no sé qué aberrante resolución que me atañe. ... | |
Ahora me comen. Ahora siento cómo suben y me tiran las uñas. Oigo roer llegarme hasta los testículos. Tierra, me echan tierra. Bailan, bailan sobre este montón de tierra y piedra que me cubre. Me aplastan y vituperan repitiendo no sé qué aberrante resolución que me atañe. ... |