JORGE DEBRAVO | |
Árbol soy, amor mío. Mis raíces bajo tu sangre crecen. Soy todas esas venas que en tu carne luchan y se retuercen. Soy la raigambre toda de tu pueblo. Sus calles. Y sus frutos. Y sus viernes. Heme aquí, sacudido, vigilando, lleno de ramas verdes, protegiendo tu alma con mis hojas, defendiendo ... | |
Uno quisiera siempre tener su mano amiga, su buen pan compañero, su dulce café, su amigo inseparable para cada momento. Quisiera no encontrar un solo fruto amargo, una casa sangrando, un niño abandonado, un anciano caído debajo del fracaso. Pero a veces los días se ponen grises, ... | |
Por la hija que ríe estoy doliente, por el hijo que llora estoy en pena, porque los dos me han puesto la colmena del alma toda abierta y toda ardiente. Porque los dos han hecho que ese diente con que la vida muerde y envenena, me clave más veneno entre la vena y me vuelva el espanto incandescente. ... | |
La muerte está desnuda frente al hombre. Desnuda, simple, franca. No es ojo cerrado por la sombra: es una piedra blanca, una pared escueta, una muralla dura y definitiva. Morir es entregar la batalla a otras manos como una mano viva. La muerte está desnuda frente al hombre y es simple como el paso, ... | |
Vengo a buscarte, hermano, porque traigo el poema, que es traer el mundo a las espaldas. Soy como un perro que ruge a solas, ladra a las fieras del odio y de la angustia, echa a rodar la vida en mitad de la noche. Traigo sueños, tristezas, alegrías, mansedumbres, democracias quebradas ... | |
Esta noche sedienta yo me he preguntado quién eres y quién eres. Porqué es triste tu carne como un leño apagado y porqué tienes llena la boca de alfileres. Y despacio, esta noche yo te he separado como un árbol de amor, de las demás mujeres, y haciendo de mi sangre un agua ... |