GABRIEL CELAYA | |
Sancho-bueno, Sancho-arcilla, Sancho-pueblo, tu lealtad se supone, tu aguante parece fácil, tu valor tan obligado como en la Mancha lo eterno. Sancho-vulgar, Sancho-hermano, Sancho, raigón de mi patria que aún con dolores perduras, y, entre cínico y sagrado, pones tu pecho ... | |
Me he acercado hasta el puerto. Chillan hierros mojados y una grúa resopla. Los obreros trabajan y maldicen a ratos. -¿Un cigarro, buen hombre? Buen hombre me ha escupido su silencio. Buen hombre me ha plantado con unos ojos claros todo su desprecio. Los hombres ... | |
Y tanto, y tanto te amo, que mis palabras mueren en un rumor de besos sin descanso! ¡Y tanto todavía que mis manos no te hallan al tocarte! ¡Tanto y tan sin descanso que fluyo, y fluyo, y fluyo, y es solamente llanto! | |
Té dirán: Hay que pensar. Y tu no comerás, sólo rumiarás. Rumiarás el pensamiento de las mil que te dan. Y al fin, devolverás. Devolver las que te dan sin digerir, no es pensar. Es tan sólo vomitar. | |
La ciudad es de goma lisa y negra pero con boquetes de olor a vaquería, y a almacenes de grano, y a madera mojada, y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto. Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos hay bruscos bocinazos que deshinchan ... | |
Son las diez de la mañana. He desayunado con jugo de naranja, me he vestido de blanco y me he ido a pasear y a no hacer nada, hablando por hablar, pensando sin pensar, feliz, salvado. ¡Qué revuelo de alegría! ¡Hola, tamarindo!, ¿qué te traes hoy con la brisa? ¡Hola, jilguerillo! ... | |
Cuéntame cómo vives; dime sencillamente cómo pasan tus días, tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres y las confusas olas que te llevan perdido en la cambiante espuma de un blancor imprevisto. Cuéntame cómo vives. Ven a mí, cara a cara; dime tus mentiras (las mías son peores), ... | |
Quizás, cuando me muera, dirán: Era un poeta. Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia. Quizás tú no recuerdes quién fui, mas en ti suenen los anónimos versos que un día puse en ciernes. Quizás no quede nada de mí, ni una palabra, ni una de estas palabras que hoy sueño ... | |
Cuando el trabajo, cuando lo cotidiano nos va y nos va golpeando, se abandonan los bellos disfraces con que un día jugamos a inmortales. Y el alma queda en nada. Y el hombre es sólo humano, repetible, cualquiera, anónimo y sagrado. Cuando el martillo, cuando lo duro y terco ... | |
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Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, más se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmando, como un pulso que golpea las tinieblas, que golpea las tinieblas. Cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, ... | |
Los ciudadanos equis, los honrados tenderos, los amigos del alma, la portera, el banquero, no pueden perdonarnos el loco sentimiento: tu belleza, mi risa, nuestro pronunciamiento. No lo entienden. Nos miran y se cuentan los dedos. Se dicen: Están locos. Casi les damos miedo. ... | |
Con todo mi dolor metido dentro me he asomado a la ventana. Allí fuera parecía que no pasaba nada. Los árboles temblaban levemente y el río, aunque charlaba, no explicaba. Las estrellas fulgían sin declararse heridas y la noche parecía una música callada. Era mentira. Ya sé. ... | |
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Son tus pechos pequeños, son tus ojos confusos, lo que no tiene nombre y no comprendo, adoro. Son tus muslos largos y es tu cabello corto. Lo que siempre me escapa, y no comprendo, adoro. ... | |
No hablamos de problemas Hablamos de dinero. No hablamos de dinero. Hablamos de salarios. No hablamos de salarios. Hablamos por lo bajo de lo que llaman alto. ¡Dios! Por ejemplo: hay que comer. Mas comer mal no nos basta. Por ejemplo: hay que dormir. Mas dormir solos no basta ... | |
Me asomo a mi agujero pequeñito. Fuera suena el mundo, sus números, su prisa, sus furias que dan a una su zumba y su lamento. Y escucho. No lo entiendo. Los hombres amarillos, los negros o los blancos, la Bolsa, las escuadras, los partidos, la guerra: largas filas de hombres cayendo ... | |
Todo vale la pena. Espero ansiosamente telegramas que digan, por ejemplo: Aceptado , o: Llegue bien. Abrazos. Pago cualquier precio por un coñac decente; pierdo noches enteras con cualquier muchacha. Todo vale la pena. Todo me arrebata y esto es lo terrible; todo me apasiona y es, ... |