FRANCISCO DE LA TORRE | |
Sigo, silencio, tu estrellado manto de transparentes lumbres guarnecido, enemiga del sol esclarecido, ave nocturna de agorero canto. El falso mago amor con el encanto de palabras quebradas por olvido convirtió mi razón y mi sentido; mi cuerpo no, por deshacelle en llanto. Tú, que sabes mi mal, ... | |
Dime, triste corazón, ¿Por qué callas tu passión? Cativo no sé qué diga A quien sirvo es mi enemiga. Plázeme con mi fatiga, Desespero galardón. | |
Dime, triste corazón, ¿por qué callas tu pasión? Cativo no sé qué diga A quien sirvo es mi enemiga. Plázeme con mi fatiga, desespero galardón. | |
-Feliz el que ajenos cuernos prudente y cauto le hacen- dijo Aserra, siendo mozo, y esto lo dijo a su padre. De: Los mil mejores epigramas de la literatura española | |
Hácesme preguntas muchas, poco te respondo a todas, y no es poqe son tantas, sino es porque son tontas. De: Los mil mejores epigramas de la literatura española | |
Pámpano verde, racimo albar; ¿Quién vido dueñas a tal hora andar? Encinueco entre ellas, entre las doncellas. | |
¡Cuántas veces te me has engalanado, clara y amiga noche! ¡Cuántas, llena de oscuridad y espanto, la serena mansedumbre del cielo me has turbado! Estrellas hay que saben mi cuidado y que se han regalado con mi pena; que, entre tanta beldad, la más ajena de amor tiene su pecho enamorado. ... | |
Todo eres de tu mujer; mas no sólo tú en su amor: y ella sola tuya, sí; pero toda tuya, no. De: Los mil mejores epigramas de la literatura española | |
Tu padre, según creí, cuando te engendró, es preciso que procrearte no quiso, sino recrearse en sí. Si al intento, en quien dar vi, más que al don, se ha de atender, y dar, no es dar, sin querer, a tu padre, a mi juzgar, pues no te le quiso dar, no le deberás el ser. ... |