ENRIQUE LIHN | |
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Nuestro entusiasmo alentaba a estos días que corren entre la multitud de la igualdad de los días. Nuestra debilidad cifraba en ellos nuestra última esperanza. Pensábamos y el tiempo que no tendría precio se nos iba pasando pobremente y estos son, pues, los años venideros... | |
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Ahora que quizás, en un año de calma, piense: la poesía me sirvió para esto: no pude ser feliz, ello me fue negado, pero escribí. Escribí: fui la víctima de la mendicidad y el orgullo mezclados y ajusticié también a unos pocos lectores; tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto... |