CÉSAR DÁVILA ANDRADE | |
No era mi poesía. Mis poemas no eran. Eras tú solamente, perfecta como un surco abierto por palomas. Eras tú solamente como un hoyo de lirios o como una manzana que se abriera el corpiño. Eras tú, ¡oh distante presencia del olvido! Clara como la boca del cristal en el agua, tierna como las nubes ... | |
(Entré al atardecer, con sol perdido) El patio lloraba una estatua vacía. Profundos caballos de polvo viajaban hacia los lugares más vagos del moho. Un hoyo remoto pasaba a la nada. El vacío entraba con sus muchedumbres y con sus inmensas campanas ya mudas. Oí un paso dado en otra centuria ... |