JULIETA VALERO | |
A veces no hago el amor contigo Ocurre que tu cuerpo me rescata (un cuchillo ignora su importancia, su tremenda importancia) de la soledad que la piel impone (tener filo condiciona seriamente) a mi sangre. Y se vierte o escapa no sé qué marea, acaso antigua. Mundo. No. ... | |
Una casa en ele como era entonces mi vida, una sola doblez, la del cansancio de siglos cuando subíamos de Rosales, adelantando en las rodillas todas las batallas francas heridas de genealogía inmediata, francos dolores . Por el pico y la desgana nos lanzaban, dos a dos, al baño. ... | |
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(Madrid, 11 de marzo de 2004)Esta bahía de raíles que amanece con su bestia reventada. Esta preciosa mercancía desnacida y ya sin besos. Este negro descarte de un dios en ruinas. Tiene raíces, marzos masivos, tiene causa y efectos personales que se extienden con la luna ... | |
Es nocivo el deseo; vive en la anterioridad y su experiencia es cesar. Es confusión de la memoria.Antonio Gamoneda Barcelona está bien en los cielos. Allá arriba duerme lo negado, lo que el reo de tus ojos ya se encarga de desear. Y parten sus aves en busca de ventura. ... | |
Somos perros que abandonan perros. Discurrimos por senderos que recuerdan el sonido de los enjambres. A los dioses no les aguarda un futuro mejor. I Voy a morir y ésos son mis linajes. He venido a un lugar donde la belleza se mide en piedras de hombre para decirme; ... | |
Voy a hablar para las niñas que aún se huelen las manos y me recuerdan para los muchachos pescadores que me enseñaron a seducir a los vientos y a sumar su furia a mi rutamientras creían que hablaba su idiomamientras creían a dios y a dios de su parte voy a hablar ... | |
¿Por qué yo? ¿O por qué no yo pincelada por la suerte de habitar los castillos del azar el arrebato de antólogos facilitando la miniatura a mis siglos de dolor y digestión? Sólo es hermosa la salvación del que casi está desconsolado. Sólo entiende la salvación el herido grave. ... | |
Sueña con mujeres que te aman. Sueña que llamar a tu puerta calma la mortalidad que tú recibiendo en penumbra redimes de ser padre de la cuarentena y el olvido, añade, claro para hacer más salubre el consuelo- que tú también deseas que tu dicha es genital y da tres vueltas al reloj ... | |
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Minúsculos corazones van y toman estratégicos páramos en mi cuerpo para latir y latiendo dejar que me marche. Pero siempre vuelvo, siempre siempre he de volver. Y es la costumbre del retorno lo más parecido a una firma. Por tanto: ¡Hambre sin tregua y sin fuente, curiosidad! ... | |
Yo me dormía afilando un oído, oído pequeño, certero, como era yo entonces. Y entonces sabía acceder a mi pulso (cuántas horas de estudio volviendo al hallazgo vendrían después). El caso es sencillo: me arrancaban del parque para blandas ceremonias de baño, pijama y angelito ... | |
I Transcurso Provienes de una raíz de ausencias, de un último verano de ausencias y eres suma de tristeza común como hueso. Tienes la materia de los astros, de aquello tan grande y mineral tan puro que han de pesarlo niños desaparecidos. Por eso tu efecto es devastador al modo de los pájaros. ... | |
IITranscurso El otoño es una promesa de sucesos y barcos, es una Jerusalén de noches dislocadas. Tiene carreteras solitarias como muslos y una luz que invita a la ferocidad y a creer en la belleza de rectas y precipicios. Es mentira su sinfonía de pérdidas verticales, ... | |
Si en la tristeza todo se vuelve alma entonces los bosques están llenos de harapos aún calientes y sufren las carreteras de una lava silenciosa que hiede para seguir viviendo, que tropieza con el hambre, con las piedras, con sorpresas homicidas. Una ausencia que se extiende como agua ... | |
Transcurres en todo lo que queda innombrado. Sucedes en la arena que a la mano del tiempo se escapa. Ocurre tu sexo mientras nadie lo mira, florece y se licencia en un triste salón y nadie va a verle. Tienes lugar en los ojos de tu madre, en la boca de amigos, sastres y tenderos, ... | |
El principio de los tiempos, ahora mismo, todos los seres millones de auroras de caminos, de germinaciones, interminable ristra de ojos, haz que no cesa que han pasado por el mundo augurios, coronas, el semen, palabras suspensas, lo perecedero todos aquellos que ruedan ... | |
Porque pesas tanto en el mundo, sobre mí he de decirte levemente. Porque al mundo y a mí nos es necesario necesario y diestro, necesario y dulce, necesario hasta remontarme a la levadura , ese peso, su paseo en chulesco declive y la piel donde toma su nombre, ... | |
Esta rabia de diván, esta rabia milenaria que vino a perder su fuerza en la tribuna de un diván, no la enmiendan alaridos, no se redime ni esparce entre astros por un gesto canalla que brinde tu boca ante el corro más débil. Esta ley de oscuro rango te aflora en el torso brazos sin familia ... | |
Amanece algo empieza o sencillamente un hombre va caminando (De otro lado) Alguien muere finaliza es bruscamente detenido (Entonces) El horror la sorpresa se monta salvaje a tu corriente sanguínea (Y así) Es el dolor el fluido que mejor conduce el dolor No hay quien soporte esta sabiduría: ... | |
En estos días de verano una mujer discontinua, pariente de olas y sórdidos menajes. En este verano plagado de días para los que no tengo alimento una mujer arrasada y sinembargo. Y me mira, me mira enseñando el sistema nervioso, a mí, sólo a mí, que me pongo hermosa de privilegio; ... | |
He aquí un hombre; profundidad, hastío y final de nada. He aquí un hombre. Cree que el Caos tiene padre, arterias, que es posible cifrar un ritmo a su campana y pare, a gritos, pañuelos que tomando los cabos de todo lo que ocurre de todo lo que no pasa, hilan con aguja de hombre cada amanecer. ... | |
Y son juguetes, las iglesias, de un gran escaparate. Juan Ramón Jiménez Hombre adulto que insemina el signo de la duda, el diezmo del mezquino, la culpa como sastre. Infamia y desgracia de los simples: la frente buscando el sudor. Hombre que casual rubricas la forma de unas cejas, ... | |
jamás tan cerca arremetió lo lejos.César Vallejo Estoy envenenada de todo en lo que me concreto, envenenada de la necesidad del desayuno, de tener piernas, de llevar reloj, de no llevarlo, de la a que me fija, de la o que pudiera multiplicarme. Salto a la cañería me detiene mi tamaño ... | |
Instancia a mi amante para que pierda toda envoltura circunstancial | |
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Debería morirse al son del ya, todavía, que está virgen de muertos. Debería aprovechar la insensata belleza del que ignora lo que es sobreponerse. Debería parar el río sin modales del consentimiento, ser antes que polvo recitación de un sólo día, Verbo. Decir el gran sí que nos hace ... | |
Mujer que busca y va a encontrar o joven suicida, quién sabe | |
Viuda de ti, no tienes consuelo, y silban los perros a tu paso desperada estás hermosa, como una walkiria que hubiera varado en la jaula de este siglo , silban y son la leyenda que enumera tu dolor: si no tengo paz, si la tregua es un niño que a diario devoro y las piernas caballos demenciados que nada, ... | |
Si supiera el himno con que se abren piel y ciudades. Si la fórmula noble que rinde los breviarios residiera en mi boca. Si el buey de los peregrinos me llamara de siempre hijomío y agitara yo bandera de los libres toda raíz en la mano... Si estuviera caminando por las calles de Roma ... | |
...y si viene como agua dale garganta, interrógala a su paso. La angustia impone su ley a los contornos, avasalla la luz, convoca una miseria que no lleva tu sangre, y hace súbditas tus manos, más allá, el arsenal de vuelos que espera en tus pulmones. Es un dios sin educar, lleva miel y tiranía ... | |
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No quiero superar a la muerte. Sólo (y más que eso), deseo tragarla, aplicarle una furia intestinal que nunca olvide. Y así, ya mía, expulsarla del inverso paraíso que es mi vientre. Después que me mate. Ya habremos partido. De: Altar de los días parados | |
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Se me escurre su cuerpo, desde el roce a la infinita caída sonriente. Es un hombre encima terminado en madera o bien una mujer serena y umbría como una hoja de acanto. En ella lilita renuncia a sus armas y un muchacho declama lo que sea preciso sin perder su hermosura de mástil. ... | |
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NACIONAL CUATRO Gimo desde el puente (una sola dirección) que es el retorno. Conozco este breve tránsito al embrutecimiento. Hablo desde el lugar en que mis pies se detienen a la espera del alma morosa de mar. Ahí llega en un ralentí de renuncias y algas. Aún soy esplendido esperpento. ... | |
Otra vez, compañeros, amigos, locos de los flecos carnales, otra vez hemos de lanzarnos a las aguas que resumen vuestro hígado luminoso, vuestro lagrimal a punto, vuestro sexo enternecido [ya hechos relicario. Sí, relicario, sueño, tacto de la dicha que rozo y se eleva a un futuro mortal. ... |