ANA ILCE GÓMEZ | |
Esta mesa fue de mi abuelo. Sobre ella más de una vez reclinó su cabeza y durmió largas siestas donde se mezclaban vía crucis tormentas toques de queda y mujeres furtivas que se marchaban a la nada. Esta mesa fue de mi padre. Sobre ella pintaba pájaros y vírgenes y naturalezas vivas ... | |
Yo soy la suma de todas ustedes, mujeres encerradas en la Biblia con sus sencillas o cruciales historias. La suma de todas las que andan sueltas por el mundo haciéndolo más claro o más liviano. De ustedes vengo. De las fuertes, las vírgenes, las grávidas, las que pagaron caro, las esclavas. ... | |
No soy ángel que preside la vida ni sabia ni agorera. Únicamente soy una mujer cálida intensa que en su más apartada intimidad cree tener voz y canta. De: Poemas de lo humano cotidiano Premio Nacional de Poesía Escrita por Mujeres Mariana Sansón del año 2004. ... | |
Castigo de los dioses es morir sin haber soñado lo suficiente sin haber amado menos de lo que él o ella merecían o mucho más de lo que cualquiera imaginaba poseer un talismán que jamás advirtió nuestro destino recorrer una tarde sin asombrarse de la rosa escribir un poema que se deshace ... | |
Frágil como ramita en abril fue mi corazón. Peto tú bien sabes que en estas lides nunca ganó el más fuerte sino el más atrevido. De: Las ceremonias del silencio Selección: Helena Ramos | |
Poesía, sujétame las riendas bébeme de una sola vez atrápame porque me puedo ir y no tendré para contarte más nada Abrázame como si fuera la primera o la última vez y prueba conmigo todos los venenos del cielo y de la tierra Estréchame contra la pared y dime si has visto brillo más infinito ... | |
He de hacer en este mundo lo que está destinado para mí: cantar abrazar a mis hijos pulir alguna piedra para hacerla valedera borrar si quiero lo que está destinado para mí. De: Las ceremonias del silencio Selección: Helena Ramos | |
La latitud del corazón la plenitud de una manzana las flores insolentes del jarrón, perfectas ecuaciones que desgrana el azar tropel de imágenes que llenan la estancia de una mujer que hilvana realidad o eternidad con los retazos que la vida le ofrece. ... | |
Nadie diría que hemos envejecido. Nadie sabe cuánto tiempo ha pasado. Él todavía tiene cabellos oscuros en las sienes, aquellos cabellos largos café negro que como cortinas le caían en la frente. Es joven. No parece un hombre de 50 años, ni yo una mujer de 45. Ayer por la calle alguien me preguntó ... | |
El pequeño Sorgono saliendo de entre la maleza de los Gennargentu es triste como el cementerio de Masaya. Su Ristorante Risveglio con su gran N al revés en medio de Sorgono ahumado y frío deja caer su sombra. (¡Ha muerto el Albergo D Italia!) Sólo el pequeño pueblo se levanta frente a los tupidos ... | |
Veo la hoja de naranjo que incontenible crece ante mis ojos y advierto la gota de lluvia que se abate sobre el césped. Llego al camino abrumado de musgos que se abre en dos largos e infinitos brazos y no sé cuál tomar. Cierro los ojos y siento la densidad del sol cruzando la esfera de la tierra, ... | |
Una serpiente pasó frente a mis ojos Su larga madeja recordaba las hojas ondulantes y lustrosas de los largos trigales. Atenta me miró y yo a ella pero no debí parecerle un apreciable bocado Y siguió su camino zigzagueante entre la hierba como una oscura flecha por el tiempo apremiada. ... | |
La muerte no es una mujer con el cráneo pelado y una corva guadaña entre las manos. La muerte es un hombre que galopa entre las noches que columpia el insomnio. Es un varón disfrazado de oscura damisela. Tiene unas rosas en las manos y un cordel para colmar el cuello. ... | |
Lady Rowena de Tremain: dulce Lady de piel cascada mustia como las flores de esta jarra. Ahora tú y yo nos parecemos un poco, nada más un poco. Tú apagando tu fuego, yo pagando el mío. | |
Todo lo que leí Todo lo que viví Todo lo que perdí y no pude recobrar Todo lo que soñé sobre mi almohada Todo lo que olvidé y recordé en un instante como atravesada por un milagro Todo lo que nombré o dije o callé Toda el agua que tuve mientras vos te morías de sed Y el sol que cubrió mis días ... | |
Sueño que el agua borra mis pies que tengo una zarza entre las manos que me muero de sed que hay una piedra. Sueño con rostros abolidos por la muerte lejana con árboles y pájaros inciertos con un vasto desierto y una rama de olivo. Sueño con el vino y el pan del ofertorio, sueño que olvido. ... | |
Hay muchas mujeres lapidadas a lo largo de la historia. Su vida fue de jaurías y de toros rabiosos de sangre alzada de mordeduras largas. Mujeres que le devolvieron al mundo la embestida, que se inmolaron o tuvieron que matar para seguir viviendo, esas que en la hora más oscura ... | |
He sentido el sabor y la densidad de un poema rozándome como un ala o como el fru fru de un vestido de alguien que pasa a nuestro lado dejando un halo de presencias. Un sabor a fruta madura que se desmorona en la boca. Algo que se puede tocar con la yema furtiva de los dedos, ... | |
Me he desangrado en el trabajo de dar permanencia a la palabra, piedra pulida que yo he lanzado a lo profundo de las aguas para que algún día el pescador solitario lance su red y entre los peces muertos la descubra y la lleve a su orilla y la haga suya para siempre. ... | |
Pretendiendo dar continuidad al otro poema de los dones de J.L.B. | |
Yo también quiero proclamar las gracias por los días que he vivido por los amigos que he tenido por las caídas que me enseñaron que es para otros la ascensión. Por el pan y por la tierra por las heridas que supieron saciarse por las sonrisas que me dieron y las que yo di. ... | |
Las premoniciones, los sueños, los augurios La vasta red de los sentidos Eso que desconocemos Aquello que damos por sabido El sabor de la sal El ocre de la tarde Lo fugaz Lo continuo Todo forma una red infinitesimal un íntimo tejido que entrecruza la vida de una espora con nuestras propias vidas. ... | |
El tiempo es ese pequeñísimo espacio entre vos y yo. Igual que una hoja de gillette que tiene dos caras y ese único borde donde comienza el universo. De: Poemas de lo humano cotidiano Premio Nacional de Poesía Escrita por Mujeres Mariana Sansón del año 2004. Selección: Helena ... | |
Vivir. Ser o no ser no es el problema sino planchar la ropa atizar el fogón escribir unos tiernos y antiguos poemas mirarse en el espejo el otro rostro del rostro descubrirse lobo triste por las noches por las mañanas mujer cuerda. Ser ejemplar y sobria y verbigracia Mantener todo en orden ... | |
Me he asomado al espejo y al otro lado la dama en plenilunio esperando paciente el porvenir, los hachazos del tiempo cotidiano los espejuelos turbios las manos listas para atrapar el elixir o la vid. Lacerante mirada me he brindado a mí misma desde esa quietud inesperada desde esas aguas ... |