JOSÉ ANTONIO DAVILA | |
Cuando me vaya, escóndeme en tus ojos: tras esas silenciosas amplitudes de tus mirares hondos y trigueños; llévame en tus más solas solitudes hecho rubor en tus deseos rojos; guárdame en algún viejo relicario junto a los besos que jamás me diste, fundido a algún impulso temerario ... | |
Ya tú no importas, ni tu amor conmueve, Ni yo soy en tus días la emoción dulce y leve que como brisa tibia pasó por tu desierto; porque tu amor ha muerto y mi pasión ha muerto. Pero sobre tu mesa reposa mi estatuilla: Y al pasar de los años y al caer nuestra arcilla, Seguirá reposando ... |