GERARDO DIEGO | |
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Adónde va, cuando se va, la llama? ¿Adónde va, cuando se va, la rosa? ¿Adónde sube, se disuelve airosa, hélice, rosa y sueño de la rama? ¿Adónde va la llama, quién la llama? A la rosa en escorzo ¿quién la acosa? ¿Qué regazo, qué esfera deleitosa, qué amor de Padre la alza y la reclama?... | |
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Entre tantas dudosas certidumbres que me mienten, halagan los sentidos, Tú, callado y sin nubes, tan desnudo, tan transparente de ternura y trigo ¿qué me quieres decir labios sellados desde tu oculto y cándido presidio? ¿Qué me destellas, ay, qué me insinúas, qué me quieres, Amor,... | |
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Enhiesto surtidor de sombra y sueño que acongojas el cielo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza devanado a sí mismo en loco empeño. Mástil de soledad, prodigio isleño; flecha de fe, saeta de esperanza. Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza, peregrina al azar, mi alma sin dueño... | |
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La adelantada fuiste tú en la tierra a sonreír desde la cuna, tú, nuestra adelantada hoy en el cielo, rica de primogenitura. Si la primera entre los diez hermanos fuiste en la cuna y en la tumba, más crecida entre todos, nos preparas en nueva casa nueva cuna. Hoy es 15 de agosto y es... | |
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Fernando Villalón, almanaque de sol. Piedra picada y halo de sombrero. Si yo fuera cubista sin dejar de ser Goya, qué retrato. Y rebosando del chaleco, reloj de oro y de oro el corazón. Por la calle Lira allá va con su médium Fernando el cristianísimo, ángel rebelde del espiritismo... | |
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Río Duero, río Duro, nadie a acompañarte baja, nadie se detiene a oir tu eterna estrofa de agua. Indiferente o cobarde la ciudad vuelve la espalda. No quiere ver en tu espejo u muralla desdentada. Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata moliendo con tus romances las... | |
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Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja, nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua. Indiferente o cobarde, la ciudad vuelve la espalda. No quiere ver en tu espejo su muralla desdentada. Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata, moliendo con tus romances las cosechas mal logradas... | |
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Déjame acariciarte lentamente, déjame lentamente comprobarte, ver que eres de verdad, un continuarte de ti misma a ti misma extensamente. Onda tras onda irradian de tu frente y mansamente, apenas sin rizarte, rompen sus diez espumas al besarte de tus pies en la playa adolescente. Así te quiero, fluida y sucesiva... | |
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Tú me miras, amor, al fin me miras de frente, tú me miras y te entregas y de tus ojos líricos trasiegas tu inocencia a los míos. No retiras tu onda y onda dulcísima, mentiras que yo soñaba y son verdad, no juegas. Me miras ya sin ver, mirando a ciegas tu propio amor que en mi mirar... | |
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Gloria es la excelsitud -techumbre abierta-. Escorzos de la música que pisa sus sesgos torbellinos de cornisa, gozo escandido de la planta experta nos mides, oh Uriel. Franca la puerta del paraíso está. Y se te irisa de brasas y vislumbres la sonrisa la túnica en tus vueltas se te... | |
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Lenta, olorosa, redonda, la flor de la maravilla se abre cada vez más honda y se encierra en su semilla. ¡Cómo huele a Abril y Mayo ese barrido desmayo, esa playa de desgana ese gozo, esa tristeza, esa rítmica pereza...! ¡Campana del Sur, campana! De: La suerte o la... |