JOSÉ CARLOS BECERRA | |
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La voz de aquellos que asumen la noche, marinerÃa de labios oscuros; la voz de aquellos cuyas palabras corresponden a esa luz donde el amanecer levanta la primera imagen vencida de la noche. Ahora cuando la memoria es una calle de mercaderes y héroes muertos, cuando la noche corta... | |
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Aquel árbol, al atardecer, el aleteo apresurado de un pájaro, el crujido de una rama, la luz sobre la yerba como una obsesión sagrada, la penumbra de un cuarto, la ventana entreabierta, sobre la mesa un rayo del poniente como la mano de una niña inmóvil... | |
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Recomenzando siempre el mismo discurso, el escurrimiento sesgado del discurso, el lenguaje para distraer al silencio; la persecución, la prosecución y el desenlace esperado por todos. Aguardando siempre la misma señal, el aviso del amor, de peligro, de como quieran llamarle. (Quiero... | |
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Alguien dice algo que sólo puede escuchar a través de sà mismo. Alguien apaga la luz de esa habitación vacÃa pero antes de cerrar la puerta vuelve a encenderla al alejarse por el pasillo, mirando en el umbral de los dÃas que vienen cama revuelta, papeles y libros sobre la mesa... | |
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un gancho de hierro y se jala, su expansión lo desmiente al subir el agua que lo chorrea lo mueve de los hilos de su salida al escenario en el muelle los curiosos miraban ese bulto donde los ojos de todos esperaban el pasadizo extraviado del cuerpo gota a gota el cuerpo caÃa en... | |
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Puse las manos donde mis guantes querÃan, puse el rostro donde mi antifaz podÃa revelármelo; mi única hazaña ha sido no ser verdadero, mentir con la conciencia de que digo la verdad, mirar sin aspavientos mi existencia, desfigurada por lo que la hace vivir, rodeada por lo que tiene... | |
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Las imágenes que emergen de tu cuerpo desembocan en esta noche que no eres tú ni soy yo quienes conversan en el cuarto de al lado y a quienes escucho completamente solo. Concibiendo esta noche como algo inmóvil, bien podrÃamos ser tú y yo los que están al otro lado, tu voz es un... | |
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Esta noche yo te siento apoyada en la luz de mi lámpara, yo te siento acodada en mi corazón; un ligero temblor del lado de la noche, un silencio traÃdo sin esfuerzo al despertar de los labios. Siento tus ojos cerrados formando parte de esta luz; yo sé que no duermes como no duermen... | |
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Hoy llueve, es tu primera lluvia, el abismo deshace su rostro. Cosas que caen por nada. Vacilaciones, pasos de prisa, atropellamientos, crujido de muebles que cambian de sitio, collares rotos de súbito; todo forma parte de este ruido terco de la lluvia. Hoy llueve por nada, por no... | |
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He vuelto al sitio señalado, a tu rastro de aguas amargas; el atardecer ha caÃdo al fondo del mar como un pecho muerto y una campana da la hora cubriéndome de espuma. Vuelvo a ti, el otoño y el grillo se unen en la victoria del polvo. Vuelvo a ti, vuelves a la caÃda, al primer acto... | |
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Para que el ParaÃso Perdido pueda salir del sombrero, y la Historia se desprenda como una máscara de los rostros de los muertos, es necesario tomar este escenario por asalto. Consideremos, por principio, la trama que nos rodea. Más allá de la lluvia, los árboles del parque se buscan el verano en los bolsillos... | |
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Por el tiempo pasas, lo cruzas, sales de él, rozas la superficie de la muerte y distraÃda sigues hacia donde no sé si sigues. Eres tú la que cruzas el tiempo, la que aparta a la muerte como si se tratara de una cortina, la que se destapa el espejo como si se tratara de una lata de... | |
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Hablar, tal vez hablar en los devoramientos del alba, en las cenizas frÃas, en las constancias que no habrá de leer nadie; hablar en el mismo espacio de una voz que no llegó hasta estas palabras, que se perdió en el ruido de una frase como ésta; hablar donde respira aquello que... | |
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Esta vez volvÃamos de noche, los horarios del mar habÃan guardado sus pájaros y sus anuncios de vidrio, las estaciones cerradas por dÃa libre o dÃa de silencio, los colores que aún pudimos llamar humanos oficiaban en el amanecer como banderas borrosas. Esta vez el barco navegaba en... | |
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Este cuerpo que yo acaricio lentamente extendiendo la noche, este cuerpo donde yo he penetrado en mi propia distancia, en mi sofocamiento de sombra. Este vientre donde el amor abarca a la noche, estos senos donde la luz altera los signos, este cuerpo al que ahora me entrelazo, este... | |
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Porque tú eres puente, porque tú eres el rumor de las aguas; ansiada buscadora de aquello que el deseo avanza, eres el refuerzo con que amanece, eres la luz del mar entregada a su propia creación, absorta en el eco de su belleza. Abandonada a tu belleza, roÃda por el candor,... |