PEDRO GARFIAS | |
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![]() | Por qué no hablamos nunca, largamente, tú y yo padre, cuando esto era posible, como dos hombres, como dos amigos o dos desconocidos que se encuentran en el camino y echan un cigarrillo y se sientan al borde de la vida mirando pasar la tarde y el camino... |
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![]() | Pon en mi frente tu mano y halágame esta aspereza de sueño desmelenado. De mi balcón flotante fui colgando tus besos y ahora todas las noches repican con el viento. Bajo sus pies florecía la mañana, y su cabello traía la luna clara, la clara luna intacta. Mis manos, mis manos fatigadas de hurgar en la mañana de los días... |
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![]() | Ahora ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado la cabeza en la bruma y los pies en el agua y el cigarrillo apagado entre los dedos... Ahora ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío, abrir vuestras espitas lentas y vaciaros sin peligro de inundaciones. Ahora voy a llorar... |
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![]() | Yo he conocido a un árbol que me quería bien. Jamás supe su nombre, no se lo pregunté y él nunca me lo dijo: cuestión de timidez. Nunca vio mi silueta, era ciego al nacer, por eso a mí me quiso lo mismo que yo a él. Le dije muchas cosas que a nadie más diré, más que a la vieja estrella que alguna vez hablé... |
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![]() | Aunque te rompas, frágil bóveda, en mil pedazos esta noche estrellada yo tengo que gritar en este bosque inglés de robles pensativos y altos pinos sonoros. He de arrancar los árboles a puñados convulsos he de batir el cielo con mis manos cerradas y he de llorar a voces este dolor... |
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![]() | Mirada azul de Ximeno en cara de niño bueno. Mirada de azul cuajado, de azul acero templado tan inocente bajo la paz de la frente. Dicen, Ximeno, que fuiste bandolero y que supiste de la fuga por los montes hacia aquellos horizontes donde nadie sabe dónde un tibio rincón se esconde para el hombre... |
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![]() | Como andaba a su manera, tropezaba; se caía; rehacía su cuerpo y lo levantaba. Perdón pedía a la piedra, y a todas partes llegaba... |
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![]() | Combatió con los nombres y los redujo a cero. Y se fue con los hombres, a fuer de hombre sincero. Caminó por el río constelado de hervores o celeste de frío con los mismos fervores. Tuvo un bote, una vela, una mar, un empeño. Y este viento que hiela no le cuajó su sueño... |
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![]() | Cuando me tiro de noche en el ataúd del lecho que es menos duro que el otro porque ya sabe mis huesos, me pongo a mirar arriba los astros de mis recuerdos. Aquél que se abrió de pronto cuando todo era misterio. El otro que se apagó antes de sentirse abierto... |
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![]() | Debió de ser tu tarde, yo me acuerdo como las tardes de mi pueblo son. Si le pongo el oído al corazón l a siento levantarse en el recuerdo. Yo me muerdo mi alma y la remuerdo. Remordimientos mordimientos son, me sale por la boca el corazón y de tu tarde, padre, no me acuerdo... |
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![]() | Dulce María dime: ¿Verdad que te encontraste, cuando bajabas la colina oscura y retumbaba la tarde , con la madre de Judas también muerto , y os abrazasteis y llorasteis juntas como dos madres? |
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![]() | El ahorcado y el crucificado se miraron de lejos sin rencor, con dulzura, con esa limpidez con que miran los muertos... |
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![]() | Él iba solo tambaleándose... Borracho de amor, borracho de hambre, borracho de alcohol, quién sabe. Él iba solo tambaleándose... |
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![]() | El verso humano pesa. Yo lo cojo en mis manos y siento que me dobla las muñecas. Mi traspiés juega mal con el camino y mi dolor contigo, oh blanca primavera. A veces de lo hondo del silencio que bordean las flores y la brisa acude el largo grito a mi garganta. La primavera rápida se esquiva, se rompe en mil pedazos... |
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![]() | Cuando hayáis descansado, míster, de vuestros vuelos cuando hayáis descansado, digo, y saboreado las mieles derretidas de los vítores yo, poeta español, tengo el honor de invitaros a visitar España. Esta España que ayer organizaba su vida oscuramente en un silencio humilde y laborioso... |
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![]() | Hoy quiero hacer un verso que lleve un vuelo curvo, que camine conmigo y dé la vuelta al lago así veré tu techo perenne de verdores, bosque primaveral, y soñará mi frente una evasión posible por un cielo de hojas: así veré mi imagen mecida por tus aguas que fingirán la cuna que han hecho azul los años... |
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![]() | La Tierra dando vueltas va alejándose con la soga del Tiempo a la cintura. Fuera del tiempo y el espacio estoy con mi vida enlazada por sus puntas. Las noches se prolongan en oscuras estancias sin descanso mientras pastan los días yerba dorada al rubio sol del prado. Yo recorro mi vida como un perro andando... |
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![]() | Ahora Ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado la cabeza en la bruma y los pies en el agua y el cigarrillo apagado entre los dedos... Ahora Ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío, abrir vuestras espitas y vaciaros sin peligro de inundaciones... |
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![]() | Lleva la cruz al hombro, tres veces no, mil veces caído y levantado; ya su vida es escombro; va por la calle ya crucificado. No pavor, sino asombro, verlo lo mismo y ya transfigurado. Nadie lo nombrará, ni yo lo nombro, ni nadie lo ha nombrado. No resucitará, nadie le rezará, nadie... |
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![]() | Llora la hembra cuando va a alumbrar El niño llora porque no comprende Lloran los viejos porque ya lo saben Y llora Dios por esta pobre gente. |
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![]() | Sé que si le grito fuerte el silencio se acongoja. Sé que si la piso duro es la piedra la que llora. Sé que si camino aprisa se me derrumban las hojas. Por eso voy con cuidado, acariciando las formas, mirando a un lado y al otro y respetándolas todas. Que hay quien se duele del cuerpo y a mí me duelen los hombres... |
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![]() | Pasear contigo en soledad perfecta fondo azul de colinas y a los lados árboles comprensivos y vigilantes el doble paso caprichoso y lento. Pasear contigo en soledad callada al través de un silencio transparente la frente levantada al sol que sube orgulloso del brío de su vuelo... |
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![]() | Por el aroma roto de un recuerdo, como por un incienso mutilado, brotas de la memoria en que me pierdo, cristal sin luz, metal acongojado. Contigo traes el llanto de la encina y la cinta sin mácula del hielo. Contigo el ronco viento de la esquina y el tierno y largo jadear del suelo... |
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![]() | Porque te siento lejos y tu ausencia habita mis desiertas soledades, qué profunda esta tarde derramada sobre los verdes campos inmortales. Ya el Invierno dejó su piel antigua en las ramas recientes de los árboles y avanza a saltos cortos por el prado la Primavera de delgado talle... |
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![]() | Si hemos nacido juntos, ¿cómo nunca te vi? Te busqué en el espejo. No me reconocí. ¡Ay, este andar de espaldas por el mismo sendero! Juntos hemos crecido, nunca te rehuí. Y hubiese sido tanto mi gozo verdadero ver que en alguna cosa me parecía a ti. |
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![]() | Si me pusiese en pie, con todo mi dolor, por cima de estas frescas lomas primaverales que surcan en arroyos las aguas y los pinos podría hablar contigo. Destino que me acechas. Te presiento en lo hondo de este largo camino que junta sus orillas allí donde mis ojos no llegan con su vuelo... |
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![]() | Debiera imaginarte fatigado y te recuerdo siempre vigoroso, proa hacia el mar y el viento rencoroso madre detrás, nosotros su cuidado. Contra tu firme pecho amurallado se remansaba el tiempo proceloso y el puntal de tus hombros poderoso sostenía la tierra lado a lado. Que viejito estarás... |
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![]() | Fue condenado a muerte la muerte acudió, rápida, guardó distancia justa y clavó la mirada. Los dos quedaron solos con la puerta cerrada. Aquella noche no durmió... las sombras con duras púas le asaeteaban y y sus ojos abrían túneles en la sombra. La muerte lo miraba... |
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![]() | Una vez que soñó no con monstruos, con ninfas, niños, puestas de sol, manos sobre la frente, paz, libertad, amor, a la mitad del sueño se despertó. |
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![]() | Te pareces a mí... Que rías o que rompas en cólera, es lo mismo. Eres igual que yo. Cuando al nacer diste el primer vagido, como una selva te moviste entero y desde entonces no has dormido. ¡A dónde vas, oh, mar? Tu reposo intranquilo, tu resollar feroz, tu corazón transido... |
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![]() | Vienen del cielo a mis ojos, van de mis ojos al cielo azules, blancas, doradas... del color de mis recuerdos. Se encuentran en el camino y hacen su ronda de juegos; se persiguen y se esconden ¿dónde Sirio? ¿dónde Venus? La noche gira suave como una veleta al viento. El silencio tiene un nombre: Tu silencio... |
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![]() | Yo sé que ya mi voz se va perdiendo, yo sé que ya mis ojos vuelan poco, sé que de tanto ya sentirme loco loco me estoy volviendo. Sé que mi amor sé fue sin haber sido, que mi vida se va porque así quiere, y que mi anhelo de vivir se muere en pasmo convertido... |
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![]() | Yo te puedo poblar, soledad mía, igual que puedo hacer rocas y árboles de estas oscuras gentes que me cercan. ¿Cómo, si no, llevar sobre los hombros la ausencia? El ágil viento me conoce y ayuda en mi trabajo: cada día cuelgo del monte nuestro cielo limpio, planto en el lago nuestra... |