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palabra virtual

La flor de lis    
    Editora del fonograma:    
    El cuenco de plata    
por Marosa Di Giorgio    
Página web de El Cuenco de Plata    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Así que ese era el jardín de mandrágoras...


Así que ese era el jardín de mandrágoras. Estaba allí y no me había dado cuenta. Ese es el jardín de los ahorcados. Tironeé una mata, y sí, vi la raíz en forma de hombre. Corrí, loca de terror, al interior de las habitaciones, de donde por cierto, nunca me había movido. Así que ése era el jardín de los ahorcados. Por cada ahorcado, una mata. Pero, hurgué en mi memoria y no había señas. Busqué papel y pluma, mas los parientes demoraban tres años en contestar. Di un  grito  y  fue  inútil.  Corrí  hasta  el  fichero,  el  armario,  y  sólo  había  cajas  de dulce y quesos de color rosa, o celestes, cada uno con un ratón en el interior. ¿Los  periódicos?  Nunca  trajeron  nada  verdadero. Entonces, llamé  a  las empleadas: —Aline. Todas se llamaban Aline y tenían un par de alas minúsculas cerca del hombro. Les dije: —Díganme, ¿es verdad que los ahorcaron? Ellas se cubrieron el rostro, volaban, se deslizaban, sigilosamente, a ras del suelo.



MAROSA DI GIORGIO






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