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Jaime Sabines

 

El poeta y la Musa


Por Efraín Bartolomé (Especial para Palabra Virtual)

 

Jaime SabinesLa Musa es inasible por naturaleza. No la posee nadie y es Ella quien se apropia de vez en cuando del alma del poeta. A veces encarna en mujer de carne y hueso y produce huracanes en la vida del poeta iniciado. Cuando eso sucede el poema nace con alma y es capaz de tocar almas.

Porque el poeta verdadero suele comportase así: escribe, enamorado, lo que la Musa le dicta y lo hace siempre con los ojos puestos en Ella y no en el crítico, la academia o el público.

Cuando creíamos haberlo leído todo acerca de Jaime Sabines —sus escritos iniciales, dispersos en publicaciones chiapanecas y no recolectados en libro, su obra en plenitud, sus poemas de la última época; más los datos biográficos, las entrevistas, las reseñas, los ensayos líricos, la crítica académica, los comentarios de amigos y colegas, los apuntes de compañeros de andanzas, los elogios de amorosos, el veneno de envidiosos, los chismes de afectos y Jaime Sabinesdesafectos, su infancia, su adolescencia, su juventud, su madurez, su vida política y su vida literaria, los duros años finales tras el accidente: su historia, vida y milagros, en resumen— he aquí que faltaba, según la expresión popular mexicana, lo mero principal: unas palabras acerca de cómo la Musa recibió la ofrenda del poeta.

La persistencia de Blanca Mateos —la dama poseedora de esa varita mágica llamada Palabra Virtual— ha logrado este pequeño milagro: unas palabras de Josefa Rodríguez  —la querida doña Chepita—, una de las advocaciones principales de la Musa en la vida de Jaime Sabines, sobre las circunstancias vitales que produjeron el milagro mayor de la poesía. Bienvenido sea este nuevo, íntimo, acercamiento al poeta.


Gracias, doña Chepita.