OLGA OROZCO | |
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![]() | Me encojo en mi guarida; me atrinchero en mis precarios bienes. Yo, que aspiraba a ser arrebatada en plena juventud por un huracán de fuego antes de convertirme en un bostezo en la boca del tiempo, me resisto a morir. Sé que ya no podré ser nunca la heroína de un rapto fulminante,... |
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![]() | No te pronunciaré jamás, verbo sagrado, aunque me tiña las encías de color azul, aunque ponga debajo de mi lengua una pepita de oro, aunque derrame sobre mi corazón un caldero de estrellas y pase por mi frente la corriente secreta... |
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![]() | Contigo en aquel tiempo yo andaba siempre absorta, siempre a tientas, a punto de caerme, pero indemne y eterna, tomada de tu mano. Ya casi te veía, lo mismo que al destello de un farol en la niebla, una señal de auxilio en la tormenta. Sí, tú, mi sombra blanca... |
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![]() | Lejos, de corazón en corazón, más allá de la copa de niebla que me aspira desde el fondo del vértigo, siento el redoble con que me convocan a la tierra de nadie. (¿Quién se levanta en mí? ¿Quién se alza del sitial de su agonía, de su estera de zarzas, y camina con la memoria de mi... |
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![]() | Cabeza impar, sólo a medias visible desde donde se mire y a medias rescatada de un exilio sin fin en la cabeza de la bruma. Es opaca por fuera, impermeable al bautismo de la luz, porosa como esponja a las destilaciones de la noche insoluble. Pero por dentro brilla; arde en un remolino de cristales... |
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![]() | Es angosta la puerta y acaso la custodien negros perros hambrientos y guardias como perros, por más que no se vea sino el espacio alado, tal vez la muestra en blanco de una vertiginosa dentellada. Es estrecha e incierta y me corta el camino que promete con cada bienvenida, con cada... |
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![]() | En un país que amaba ya estará anocheciendo. Coronados por sus mustias guirnaldas, esos pequeños seres creados cuando la oscuridad vuelven a poblar con sus tiernas músicas, a golpear con sus manos de brillantes estíos ese rincón natal de mi melancolía. Sonríen los inasibles... |
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![]() | Tanto esplendor en este día! ¡Tanto esplendor inútil, vacío, traicionado! ¿Y quién te dijo acaso que vendrían por ti días dorados(en años venideros? Días que dicen sí, como luces que zumban, como lluvias sagradas. ¿Acaso bajó el ángel a prometerte un venturoso exilio? ... |
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![]() | Ella está sumergida en su ventana contemplando las brasas del anochecer, posible todavía. Todo fue consumado en su destino, definitivamente inalterable desde ahora como el mar en un cuadro, y sin embargo el cielo continúa pasando con sus angelicales procesiones. Ningún pato salvaje... |
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![]() | Con arenas ardientes que labran una cifra de fuego sobre el tiempo, con una ley salvaje de animales que acechan el peligro desde su madriguera, con el vértigo de mirar hacia arriba, con tu amor que se enciende de pronto como una lámpara en medio de la noche... |
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![]() | No invento para ti un miserable paraíso de momias de ratones, tan ajeno a tus huesos como el fósil del último invierno en el desván; ni absurdas metamorfosis, ni vanos espejeos de leyendas doradas. Sé que preferirías ser tú misma, esa protagonista de menudos sucesos archivados... |
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![]() | Dónde oculta el peligro sus lobos amarillos? No hay ni siquiera un pliegue en la corriente inmóvil que tapiza este día; ni un zarpazo fugaz contra el manso ensimismamiento de las cosas. Ninguna dentellada; nada que abra una brecha en estas superficies que proclaman su lugar en el mundo:... |
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![]() | Aquí están tus recuerdos: este leve polvillo de violetas cayendo inútilmente sobre las olvidadas fechas; tu nombre, el persistente nombre que abandonó tu mano entre las piedras; el árbol familiar, su rumor siempre verde contra el vidrio; mi infancia, tan cercana, en el mismo jardín... |
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![]() | Se necesita sólo tu corazón hecho a la viva imagen de tu demonio o de tu dios. Un corazón apenas, como un crisol de brasas para la idolatría. Nada más que un indefenso corazón enamorado. Déjalo a la intemperie, donde la hierba aúlle sus endechas de nodriza loca y no pueda dormir... |
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![]() | He acumulado días y noches con amor, con paciencia ah, con ira también, un resplandor de tigres en la oscura desdicha ; los he petrificado alrededor del sitio donde habito, que no es más que una pálida espesura en medio de la enrarecida vastedad, una exigua sustancia expuesta a... |
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![]() | Detrás del vaho blanco está el orden, la invitación o el ruego, cada uno encendiendo sus señales, centelleando a lo lejos con las joyas de la tentación o el rayo del peligro. Era una gran ventaja trocar un sorbo hirviente por un reino... |
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![]() | Madre: es tu desamparada criatura quien te llama, quien derriba la noche con un grito y la tira a tus pies como un telón caído para que no te quedes allí, del otro lado, donde tan sólo alcanzas con tus manos de ciega a descifrarme en medio de un muro de fantasmas... |