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listado de poemas en audio por título letra c

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286 poemas con la letra "c"

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La zandunga de Rodulfo Figueroa
Cuando en la calma de la noche quieta triste y doliente la zandunga gime, un suspiro en mi pecho se reprime y siento de llorar ansia secreta. ¡Cómo en notas sentidas interpreta esta angustia infinita que me oprime! ¡El que escribió esa música sublime fue un gran compositor y un gran poeta! ...
Arte mayor (I) de Patricia Medina
Cuando en tus manos soy espiga rota me cortas el oxígeno en la boca de ahogarte con mis labios mejores. Libérame las manos necesito sacarte de mi carne. Mujeres de carne y verso. Antología poética femenina en lengua española del siglo XX. ...
Al viento de Vicente Riva Palacio
Cuando era niño, con pavor te oía en las puertas gemir de mi aposento; doloroso, tristísimo lamento de misteriosos seres te creía. Cuando era joven, tu rumor decía frases que adivino mi pensamiento, y cruzando después el campamento, Patria , tu ronca voz me repetía. Hoy te siento azotando, ...
El Cristo de mi cabecera de Rubén C. Navarro
Cuando estaba solo... solo en mi cabaña, que construí a la vera de la audaz montaña, cuya cumbre, ha siglos engendró el anhelo de romper las nubes... y tocar el cielo; cuando sollozaba con el desconsuelo de que mi Pastora - más que nunca huraña- de mi Amor al grito nada respondía; cuando ...
Movimiento nocturno de Oscar Oliva
Cuando estoy dormido la ciudad encoge uñas, hasta el cielo cruje. Tanto es el estremecimiento que acontece que hasta en sueños veo que la ciudad no se ha movido de su lugar. Sólo cuando me despierto encuentro mi cuerpo de cabeza, mi cama en la cocina, mi casa en un monte. Sólo...
Cuando estuve en el mar era marino... de Jaime Sabines
Cuando estuve en el mar era marino este dolor sin prisas. Dame ahora tu boca: me la quiero comer con tu sonrisa. Cuando estuve en el cielo era celeste este dolor urgente. Dame ahora tu alma: quiero clavarle el diente. No me des nada, amor, no me des nada...
Un poema de amor de Homero Aridjis
Cuando hable con el silencio cuando sólo tenga una cadena de domingos grises para darte cuando sólo tenga un lecho vacío para compartir contigo un deseo que no se satisface ya con los cuerpos de este mundo cuando ya no me basten las palabras del castellano para decirte lo que estoy mirando ...
Tema para un nocturno de Carlos Pellicer
Cuando hayan salido del reloj todas las hormigas y se abra por fin la puerta de la soledad, la muerte ya no me encontrará. Me buscará entre los árboles, enloquecidos por el silencio de una cosa tras otra. No me hallará en la altiplanicie deshilada sintiéndola en la fuente ...
Alondras que mueren deslumbradas (I)Cuando inabarcable... de Jorge Fernández Granados
Cuando inabarcable tu voz se cumple como el primer día no es palabra esa voz, no tiene rostro de oscilante esfinge: es turbulencia coloidal de apetitosas llamas químicas, masa de lo mutante en su amargor confuso que repite la selva de sus vivientes aguaceros, ...
Habitaré tu nombre de Jorge Ruiz Dueñas
Cuando la ruina y el silencio lleguen como la sombra maléfica y la respiración se prolongue en el viento cuando el desastre corporal sea dueño de lo incierto y aun de la última hoja caída como ángel en desgracia: habitaré tu nombre refugio final convicto ya por mi entusiasmo ...
Cuando la sombra duerme... de Homero Aridjis
Cuando la sombra duerme su cuerpo se ilumina su rostro reflejado atraviesa cristales y finalmente se instala en todo brillo Sus dedos trenzan en el aire los bellos frutos de los días de mayo Muda en la respiración muda de las cosas la voz de una mujer pasa buscándola Desnuda en el esplendor ...
Cuando la tarde... de Xavier Villaurrutia
Cuando la tarde cierra sus ventanas remotas, sus puertas invisibles, para que el polvo, el humo, la ceniza, impalpables, oscuros, lentos como el trabajo de la muerte en el cuerpo del niño, vayan creciendo; cuando la tarde, al fin, ha recogido el último destello de luz, la última nube, ...
Apedreamiento de Oscar Oliva
Cuando levanto una piedra arranco al mundo una mirada y lo hago más ligero de la muerte. Siento que me muevo hacia el sol. Algo se me queda de esa mirada. Y tras ella va la piedra...
Nocturno eterno de Xavier Villaurrutia
Cuando los hombres alzan los hombros y pasan o cuando dejan caer sus nombres hasta que la sombra se asombra cuando un polvo más fino aún que el humo se adhiere a los cristales de la voz y a la piel de los rostros y las cosas cuando los ojos cierran sus ventanas al rayo del sol pródigo ...
Muerte hilandera de Carmen Alardín
Cuando los huracanes son exclusivamente tuyos, cuando tienen tu sello y las tormentas se unen únicamente a ti, cuando los huracanes muerden las carreteras y hacen flotar la intimidad sin prejuicio alguno ni resto de virtud. Entonces, yo voy creciendo a fuerza de invocarte, voy devanando...
A Lelia de Francisco Sosa
Cuando marchite tus galanas flores el que es de la beldad fiero enemigo, y en vano pidas protección y abrigo a los que fueron, Lelia, tus amores; cuando todos te olviden; cuando llores en triste soledad, sin un amigo que de tu pena ruda al ser testigo anhele disipar tus sinsabores, ...
Cuando miro tus ojos de Fayad Jamís
Cuando miro tus ojos veo en ellos la Patria no puedo separarlos de esa imagen tan clara. Ellos son como el viento que hace temblar las ramas tú me miras y entonces amanece en las Guásimas. Quédate para siempre en mi noche, mi lámpara mi amor tiene en tus ojos su alimento, ...
A unos ojos de Manuel Martínez de Navarrete
Cuando mis ojos miraron de tu cielo los dos soles, vieron tales arreboles que sin vista se quedaron. Mas por ciegos no dejaron de seguir por sus destellos, por lo que duélete de ellos, que aunque te causen enojos, son girasoles mis ojos de tus ojos soles bellos. ...
Y una grande mariposa amarilla de Luis Alberto Arellano
Cuando muera seré japonés de digna figura bajo el manto o un albatros de rotas alas Seré un romo silencio de bordes finos una lluvia de ceniza en Sydney un alcatraz gobernando el mundo cuando yo muera Cuando ella muera, mi bestia negra en la espuma negra de sus 36 será un engrane ...
Al Cristo de mi estudio de Manuel Ponce
Cuándo murió mi corazón inerte, que no muere de verte ajusticiado, pendiente del marfil donde, labrado es una fácil alegría verte? Rota el ara, la vida se te vierte por la heráldica brecha del costado, ¡oh cántico de cisne asilenciado y torre en los suburbios de la muerte! Yo en...
De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios (III) de Francisco Hernández
Cuando naciste surgió en el bosque una inquietud extraña. Criaturas belcebúes vertieron en un claro el azogue de Los Gemelos y una quemazón de unicornios cimbró con su galope el vértigo de la penumbra en disonancia. Este niño tiene que ser un santo a su manera dijo tu padre ...
La luna es un grafitti sobre la ciudad de Leticia Luna
Cuando no hay canículasino lluviala luna está fuera de nosotras Retorno con el beso de la luna hirviendo en el cuerpo Soy mujer y a veces como a Marge Piercy le gustaría quitarse el sexo y dejarlo guardado en el armario Sucede que me canso de aullar el deseo en las temporadas ...
Cuando nos hayamos contemplado... de Julio Arturo Vargas
Cuando nos hayamos contemplado la melancolía será flor en los puños mirada que pierde origen de primera mano para explicar este dolor. Nos hemos dejado facilidad de ojos al cielo sin entender que la verdadera inocencia sería terminar aquí la vida. ...
Cuando nos retiramos a la remota cámara... de Tomás Segovia
Cuando nos retiramos a la remota cámara donde hacemos las nupcias con nuestro propio espectro, como cuando compramos y vendemos la palabra que ata para atarla a sí misma, la carne en cambio todavía se sabe interrogada, vuelve a tocarla el dios y la carne vuelve a temblar...
Cuando se viene al mar de Manuel Ponce
Cuando se viene al mar, uno se llena de rumor de Dios. Porque la voz de Dios y la del mar, cuando quieren cantar, son una sola voz. Se viene a ver también lo que no todos ven: la mano que ocasiona tanto vaivén. El Viejo Molinero que mueve las aspas de la noche y el día, como...
Cuando sepas hallar una sonrisa de Enrique González Martínez
Cuando sepas hallar una sonrisa en la gota sutil que se rezuma de las porosas piedras, en la bruma, en el sol, en el ave y en la brisa; cuando nada a tus ojos quede inerte, ni informe, ni incoloro, ni lejano, y penetres la vida y el arcano del silencio, las sombras y la muerte; cuando tiendas la vista ...
Silvia en el prado de Anastasio de Ochoa
Cuando Silvia al prado sale a divertir, el campo se alegra al verla salir. Jilguerillo hermoso, bello Colorín, dulce Filomena, desde un alhelí le cantan la salva con pico sutil, juzgándola Aurora al verla salir. El prado se cubre de hermoso matiz, sus cálices abren florecillas mil, ...
Cuando tengas ganas de morirte de Jaime Sabines
Cuando tengas ganas de morirte esconde la cabeza bajo la almohada y cuenta cuatro mil borregos. Quédate dos días sin comer y veras que hermosa es la vida: carne, frijoles, pan. Quédate sin mujer: verás. Cuando tengas ganas de morirte no alborotes tanto...
Papel borrado de Jaime Labastida
Cuando termino de escribir todo esto, después que durante horas me imprimo como un mecanismo de dulzura y de cólera en las hojas, y el viento desordena los papeles y entra un silbido extraño, y merodea en la casa una noche especial, ajena, sin preguntas; ...
A un arroyo de Manuel Acuña
Cuando todo era flores tu camino, cuando todo era pájaros tu ambiente, cediendo de tu curso a la pendiente todo era en tí fugaz y repentino. Vino el invierno con sus nieblas vino el hielo que hoy estanca tu corriente, y en situación tan triste y diferente ni aún un pálido sol te da el destino. ...
A una flor de Manuel Acuña
Cuando tu broche apenas se entreabría para aspirar la dicha y el contento ¿te doblas ya y cansada y sin aliento, te entregas al dolor y a la agonía? ¿No ves, acaso, que esa sombra impía que ennegrece el azul del firmamento nube es tan sólo que al soplar el viento, te dejará de nuevo ver el día?... ...
Poemas con preguntas para Olga Lucía de Nadia Contreras
Cuántos años tengo, Olga Lucía, pregunto mientras lentamente te desplazas por la habitación y paso a paso me dejo llevar por el movimiento de tus piernas. Cuántos años tengo para mí, para ti, para aquellos que de lejos me miran y no me saludan porque extraña soy para esta vida ...
Cuántos veremos más, soles ardientes... de Salvador Novo
Cuántos veremos más, soles ardientes nuestras horas regir, y hacia un ocaso —¡tan parecido al alba!— ¿nuestro paso llevar a cuántas más noches silentes? ¿Acaso nos reserva sus presentes mejores el futuro? ¿Cuáles brazos aguardarán los nuestros —dulces lazos—, reposo...
Mamá, soy Paquito de Salvador Díaz Mirón
Cubierto de jiras, al ábrego hirsutas al par que las mechas crecidas y rubias, el pobre chiquillo se postra en la tumba, y en voz de sollozos revienta y murmura: Mamá, soy Paquito; no haré travesuras. Y un cielo impasible despliega su curva. ¡Que bien que me acuerdo! ...
Bebé de Juan de Dios Peza
Cuenta Bebé dos meses no cumplidos, pero burlando al tiempo y sus reveses, como todos los niños bien nacidos parece un señorón de 20 meses. Rubio, y con ojos como dos luceros lo vi con traje de color de grana en un escaparate de Plateros un domingo de Pascua en la mañana. Iban conmigo ...
Barra de panteones, 1 de Francisco Magaña
Cuentan que en las madrugadas de Barra de Panteones, las gaviotas picotean los ojos cansados de ver el mar. Cuentan que entre las palmeras se escuchan voces que nunca escucharemos. Cuentan que en las manos del enterrador hay una paloma ciega.
Bajo amorosa sombra de Carmen Villoro
Cúrame con tus manos, toca de mí el olvido que se fue acomodando entre los pliegues. No venga la tormenta a amordazar mis sueños, sólo esta lluvia suave, vespertina despierte en mí los pétalos dormidos. Desnúdame en silencio, hoja por hoja hasta dejar al descubierto el punto ...